Un eslabón débil hace irrelevante a toda una cadena de fuertes eslabones

Fernando Gutiérrez de Guzmán
Editor Odontólogos de hoy

El pasado día 16 de septiembre la Sociedad Española de Cirugía Bucal en su congreso en la ciudad de Pamplona, dentro de su programa rendía un merecido homenaje al Profesor Cosme Gay Escoda, gran precursor de esta sociedad, que tuvo como primer presidente al Profesor Manuel Donado. Recibidas las correspondientes menciones que estos actos acostumbran y de la que destacamos la del Dr. Manuel María Romero en forma de chirigota que como buen gaditano supo regalar al Prof. Gay y por su simpatía recibió una larga ovación del público, llegó el discurso del Prof. Gay Escoda, discurso que con su permiso o su disculpa si no le gusta definiremos como un discurso “Cosme Gay en estado puro”. Agradeció las colaboraciones recibidas en su travesía, reconoció el trabajo de tantos prestigiosos compañeros sobre todo de la universidad, criticó con dureza y sin faltar a la verdad a quienes tuvieron un indigno comportamiento y se lamentó de que después de tantos años, en España sigamos sin tener reconocidas las especialidades en odontología como en el resto de los países afines, y como es su estilo arremetió contra quienes por su incompetencia no han sabido llevar esta legítima aspiración de la profesión a buen puerto.

La SECIB fundada en 1994, ha sido en opinión de muchos, uno de los proyectos más ilusionantes y mejor gestionados en la odontología española de los últimos treinta años. La confluencia de relevantes miembros de la profesión en su actividad la pone en los más altos estándares de calidad científica, a modo de ejemplo mencionar que en este último congreso en Pamplona el comité científico lo integraban como presidente y vicepresidente respectivamente los profesores José Vicente Bagán y José Manuel Aguirre.

Es difícil imaginar, si no se conoce como funcionan las estructuras de esta profesión, que algo tan solicitado y justificado no se haya conseguido. El profesor Gay lo apuntó en su discurso y señaló como parte de esta situación la falta de eficacia y la incompetencia del Consejo General de dentistas, con permiso del profesor Gay y si no con su disculpa le tomamos la palabra.

Leo en la propia web del Consejo una manifestación del actual presidente que dice:

“El Consejo General de Dentistas recuerda que es el único interlocutor válido del sector odontológico ante la Administración Pública”.

Señor presidente del consejo, lleva usted en cargos colegiales desde 1991, tres años antes de constituirse la SECIB, y está en su tercer mandato como presidente del consejo, rodeado de los de siempre, algunos ahora ya supernumerarios porque no debe saber ya como colocarlos para que sigan sentándose en su mesa, la de mantel y copas.

Si usted es lo que dice, parece claro quién es el que no lo ha conseguido.

Ahora bien, lo de “sector odontológico” míreselo mejor, porque los estatutos de la entidad que preside mencionan “profesión” y no “sector”. No es lo mismo, cómprese un diccionario.

Quien no sabe ni lo que representa, mal puede llevar a término las aspiraciones de sus representados.