Homenaje a Francisco Martínez en su Castrillo de Onielo natal
El sábado 23 de noviembre, en la villa palentina de Castrillo de Onielo, la Sociedad Española de Historia de la Odontología (SEHO) rindió homenaje al pionero de la Odontología mundial, el autor del “Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca”, publicado en 1557 en Valladolid, donde se encontraba en ese momento la Corte y él como servidor de Felipe II y su familia, especialmente de su hijo, el príncipe don Carlos a quien va dedicado el libro en el que figura como “Indigno siervo y capellán de Vuestra Alteza, que Vuestros reales pies besa”. Ese “capellán” no tiene otra acepción en nuestros diccionarios que la eclesiástica, por tanto, como ratifica su testamento, era un clérigo dedicado en buena parte al oficio de dentista.
Fue Martínez de Castrillo, y no Pierre Fauchard, casi dos siglos después, quien desmintió la “teoría” de que era un gusano el responsable del “neguijón” o caries dental, entre otros méritos, como el de clasificar las enfermedades bucodentales de acuerdo a etapas de la vida del hombre, y otros más de similar brillantez. Tal fue la acogida de este libro pionero que tuvo en 1570 una segunda edición, ahora más a la manera académica, el “Tratado breve y compendioso…”
Tras un acto de exaltación del personaje y de la villa, que tuvo lugar en el propio templo, en la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, en la villa palentina de Castrillo de Onielo, el presidente de honor de la Sociedad Española de Historia de la Odontología, Prof. Javier Sanz, procedió al descubrimiento de la lápida que rinde homenaje a quien allí fue cristianado y allí fue sepultado tras su fallecimiento en el año de 1585, cumpliéndose el deseo manifestado de que su cuerpo regresara a su villa querida. Junto a la mayoría del vecindario allí presente, le acompañaron la presidenta de SEHO, profesora María Jesús Pardo Monedero, el alcalde de la villa, D. David Beltrán y el párroco y guardián del Archivo, D. Erfidio Gómez, perfectos anfitriones de este justo acto en memoria de uno de los personajes históricos más principales de la historia de la Odontología.