Resolución de conflictos

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ALEJANDRA LLORENTE ODONTÓLOGA, EJERCE EN REINO UNIDO

El otro día fui a un curso en el Hospital donde trabajo que se llamaba “resolución de conflictos”.

Nos explicaban técnicas de cómo evitar discusiones con pacientes y de cómo teníamos que llamar a seguridad si nos atacaba un paciente o un familiar… si hasta ese punto hemos llegado. En este ambiente conciliador y de paz llega la hora del descanso y todos corremos a la zona de los cafés.

Como buena española intento socializarme y empiezo a preguntar los nombres de los demás alumnos y en qué área del hospital trabajan.

“HA SIDO UN ALIVIO QUE IDENTAL CAYERA PERO AHORA TENEMOS QUE PAGAR LOS DAÑOS COLATERALES ENTRE TODOS DESGRACIADAMENTE”

Unas eran matronas, uno era cardiólogo, otro traumatólogo… y así se fueron presentando. Al final yo explico que soy la Ortodoncista que trabajo en equipo con los de maxilofacial para los casos de ortognática.

No hago nada más que presentarme y salta la matrona “yo odio a los dentistas y además sois carísimos” y todos los demás asintieron con la cabeza.

Pensar que estaba en el curso de evitar conflictos, un curso obligatorio para trabajar en el hospital…

Primer conflicto para practicar. Les miré sonriendo y les pregunté uno a uno. A la matrona, ¿me puedes decir cuanto cuesta un parto?.

Al cardiólogo le dije que no me dijera el precio de una cirugía a corazón abierto que con una consulta de revisión me sobraba. Todos fueron respondiendo y sonrojándose.

Cuando terminaron les contesté que yo no consideraba que fueran caros porque creo que la medicina necesita unas medidas de calidad y con todo el esfuerzo que tiene esta mal pagada pero la diferencia entre los dentistas y ellos es que su cuenta va al gobierno y la de los dentistas no.

Les dije que si sus pacientes tuvieran que pagarles a ellos directamente sus servicios los dentistas íbamos a ser los más queridos y más baratos de los sanitarios y todos se rieron.

A la matrona le dije que estaba segura que sacar a un bebé seguro que dolía más que quitar una muela del juicio, pero que para mi desgracia nadie se enamoraba de la muela una vez fuera y nos reímos.

Con todo esto quiero decir que tenemos argumentos para defendernos y que debemos hacerlo.

Ahora mismo debido a los escándalos de “Idental” y otros parecidos, los dentistas en conjunto tenemos una reputación incluso peor de la que teníamos.

Ha sido un alivio que Idental cayera pero ahora tenemos que pagar los daños colaterales entre todos desgraciadamente.

Muchos de los argumentos de los afectados de Idental es que la culpa de que ellos están así es porque los demás somos carísimos.

A esos pacientes hay que decirles que cuando se reducen los costes se reduce en calidad, en medidas de esterilización, en tiempo y planificación de los tratamientos y que luego pasa lo que pasa.

Que sentimos por lo que están pasando pero que la responsabilidad se la tienen que pedir al gobierno que ha permitido que esto sucediera pese a las advertencias de todos los Colegios de Odontólogos de España durante años.

Que no nos escucharon cuando pedíamos a gritos que se prohibiera la publicidad engañosa que lleva a fraudes como es- tos. Que no nos escucharon a tantas cosas.

Pero vivimos en una sociedad del marketing, de la publicidad, de las redes sociales y la gente cambia de opinión.

No se como lo vamos hacer pero que cada uno aporte su granito de arena empezando por no callar puede ser un paso.