¿Ortodoncia basada en la Evidencia, en la Eminencia o en el Marketing?

David Suárez Quintanilla.

El Profesor David Suárez Quintanilla es catedrático de Ortodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela (España), ex presidente de la European Orthodontic Society y vicepresidente de Ortodoncia de IADR. Además, es el creador de la Técnica Straight Wire Low Friction y autor del libros como “Ortodoncia. Eficiencia Clínica y Evidencia Científica”. Visite su página web en: dsqtraining.com

 

El Profesor David Suárez Quintanilla, una de las máximas autoridades de la Ortodoncia a nivel mundial y creador de la Técnica SWLF, critica duramente «los cursos con un marcado sesgo comercial, donde el conferenciante tiene el doble papel de docente y vendedor».

El concepto de Ortodoncia Basada en la Evidencia (OBE) deriva de la medicina y hace referencia al deseo de que la mayoría de nuestros protocolos y decisiones diagnósticas y terapéuticas estén basadas en pruebas y hechos adquiridos por el método científico.

La OBE abre un nuevo horizonte en la Ortodoncia y, en gran parte, sustituye otros enfoques más subjetivos y personalistas de terapéuticas basadas en opiniones de expertos o lo que podría denominarse ortodoncia basada en la eminencia. La OBE optimiza la toma de decisiones clínicas y hace que éstas sean más eficientes.

Un famoso médico español, Gregorio Marañón, decía que la medicina, y por extensión la odontología, era una ciencia que debía de ser ejercida mientras la estábamos descubriendo, y aquí radica uno de los problemas de la Ortodoncia: no hay suficiente investigación, ni en número ni calidad, que aporte las necesarias evidencias científicas para sustentar nuestro trabajo clínico cotidiano.

Este problema, unido a la desmedida presión tecnológica y de marketing de las compañías fabricantes de productos ortodóncicos, aún complica más la práctica clínica sustentada en la verdad científica o, al menos, en el falsacionismo popperiano, resultando profético el editorial del American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics “In the land of no evidence, is the salesman king?” de 2010, por Kevin O´Brien y Jonathan Sandler.

La nueva revolución tecnológica y digital está produciendo un giro copernicano en nuestra especialidad y cambiando muchos de nuestros paradigmas clínicos, pero hemos de ser conscientes que «no es oro todo lo que reluce», y que los nuevos procedimientos tecnológicos que la industria intenta vendernos a toda costa, han de pasar por el filtro de la investigación rigurosa.

Soy realista y por ello sé que es solo en la etapa universitaria de formación, en el pre y postgrado, donde se alienta el pensamiento crítico, ayudando al alumno a separar el marketing y la pseudociencia de las evidencias científicas de tal o cual sistema terapéutico, acorde con la pirámide de la evidencia científica (ver de Priti Subhash Mulimani el artículo en el American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, de 2017, “Evidence-based practice and the evidence pyramid: A 21st century orthodontic odyssey”). Necesitamos más y mejor investigación en ortodoncia, porque la mayoría de metaanálisis no arrojan ninguna luz a nuestras dudas clínicas y los ensayos controlados y aleatorizados e incluso de cohortes son escasos.

El problema se complica después de la formación universitaria porque la principal fuente de conocimiento pasa a ser, sin ninguna duda, los cursos con un marcado sesgo comercial, donde el conferenciante tiene el doble papel, le guste o no, de docente y vendedor. 

“Resulta desolador comprobar cómo
los artículos científicos desmontan las
afirmaciones de esos conferenciantes-vendedores,
que tanto daño hacen a los
ortodoncistas con menos experiencia, que
acaban creyendo que los resultados de los
casos expuestos en los cursos son lo que
van a obtener ellos de manera rutinaria en
su clínica”.

Se produce así un círculo vicioso perverso donde a los mejores conferenciantes-vendedores las compañías (que a su vez nutren de conferenciantes los congresos) se les premia con prebendas comerciales y más cursos. Como es lógico, pero no ético, las compañías buscan contratar conferenciantes-vendedores (muchas veces sin grandes conocimientos clínicos y nulos científicos), en lugar de ortodoncistas con una sólida formación clínica y científica que pudieran poner en aprietos a la propia compañía a la hora de defender-vender sus productos.

Todos tenemos en mente a los conferenciantes-vendedores de brackets mágicos, alineadores que todo lo solucionan o aparatos vibradores capaces de reducir más del 50% la duración del tratamiento.

Resulta desolador comprobar cómo los artículos científicos rigurosos, solo en los tres últimos años, desmontan las rotundas afirmaciones de esos conferenciantes-vendedores (kevinobrienorthoblog.com), que tanto daño hacen a los ortodoncistas con menos experiencia, que acaban creyendo que los resultados de los casos expuestos en los cursos, cuidadosamente seleccionados y sesgados para gloria del bracket a vender, son lo que van a obtener ellos de manera rutinaria en su clínica; no saben lo que les espera cuando descubran que no hay brackets mágicos y que, de momento, los alineadores presentan muchas limitaciones y una eficacia comprometida.

La profesión parece hacer oídos sordos a esto y cuando se quiere organizar un congreso o un evento, al menos en España y Latinoamérica, lo primero que se hace es pedir a las grandes compañías de ortodoncia su correspondiente conferenciante-vendedor; el círculo vicioso está servido. Quiero en este punto, destacar la excepcionalidad, seriedad y rigurosidad de la European Orthodontic Society, que he tenido el gusto de presidir.

Tampoco hemos de caer en el dogmatismo de la ciencia ni podemos demorar nuestras decisiones clínicas a la espera de la investigación. Tanto critico a los clínicos que tienen la osadía de profetizar las excelencias de un producto o una técnica, sin una mínima formación conceptual y científica en ortodoncia, como a aquellos ortodoncistas “de laboratorio” incapaces de tratar un paciente por falta de experiencia clínica.

No somos físicos teóricos, la buena ortodoncia es una aquilatada mezcla de trato cotidiano con el paciente y sus deseos, empatía y estudio de conceptos y evidencias científicas. El camino de la ortodoncia del futuro ha de estar jalonado de experiencia clínica, investigación y tecnología. Como diría nuestro genial poeta Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

 

Este artículo ha sido publicado inicialmente en Dental Tribune Latinoamérica

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* El Profesor David Suárez Quintanilla es catedrático de Ortodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela (España), expresidente de la European Orthodontic Society y vicepresidente del área de Ortodoncia de la International Association for Dental Research. En sus treinta años dedicados a la Ortodoncia, ha creado procedimientos como la Técnica SWLF (Straight Wire Low Friction), desarrollada con la compañía RMO de Denver, que es actualmente utilizada por ortodoncistas de más de treinta países. Además es autor de libros como «Ortodoncia. Eficiencia Clínica y Evidencia Científica”.