OptraGate facilita el tratamiento en niños

    [OptraGate facilita el tratamiento en niños]

    AUTOR:

    Dr. med. dent. Niklas Bartling

     Altstätten

     

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    Tratar a niños a menudo representa un reto especial, porque requiere paciencia y creatividad. Los niños no siempre tienen la misma paciencia que un adulto cuando se trata de mantener la boca abierta. Durante el tratamiento siempre hay que pedir de manera amable que se abra la boca de manera activa e intentar que no se cierre usando los dedos o cualquier instrumental. A menudo hay que recurrir a la cuña.

    Desde hace mucho ya existe una alternativa práctica: OptraGate de Ivoclar Vivadent. Consiste en dos anillos de plástico unidos por una goma elástica que se colocan de manera sencilla en la boca abierta para mantener los labios y las mejillas separados de los dientes y mantener la boca abierta de manera delicada. El paciente puede cerrar la boca con el OptraGate pero, para ello, debe activar la musculatura de la masticación. De este modo, después de realizar un empaste se puede controlar la oclusión y, por ejemplo, se puede tomar una radiografía dental sin tener que quitar antes OptraGate.

    Los profesionales que utilizan un par de veces OptraGate se dan cuenta a la primera de lo fácil que resulta acceder a la zona de trabajo:

    Se mantienen separadas las mejillas, se protegen los labios y las comisuras de la boca y se minimiza el peligro de sufrir «daños colaterales» durante el tratamiento, como por ejemplo daños en los tejidos blandos, como consecuencia de los instrumentos de trabajo. Solo hay que controlar la lengua. Y para secar la zona de trabajo se debe colocar un par de gasas de algodón. Ya no es necesario sujetar con el espejo el tejido blando, que siempre resulta un poco incómodo para el paciente.

    En la mayoría de los casos, Optra-Gate, desde un principio, facilita las cosas tanto para los padres como para los pequeños pacientes. En especial a los niños les gustan mucho las variantes en los nuevos colores azul y rosa. Enseguida sacan el teléfono móvil para hacer una fotografía, mientras que el equipo del dentista puede trabajar de manera relajada. De este modo, el inicio del tratamiento, que siempre suele ser algo tenso y que depende a menudo de la relación de confianza entre el profesional y el paciente, resulta mucho más relajado y menos tenso. En nuestra consulta a menudo denominamos OptraGate la «boca de pez»: inventamos una historia para distraer a los pequeños pacientes.

    Tan pronto como se inicia el tratamiento, las ventajas de OptraGate se hacen patentes: las discusiones y los movimientos molestos se reducen al mínimo. El paciente puede hablar, pero no resulta fácil. Y gracias al buen acceso al área de tratamiento el profesional puede trabajar con celeridad y de manera eficiente. Al final todos quedan contentos.

    OptraGate también está muy bien valorado en mi consulta en trabajos de ortodoncia maxilar, colocación de bandas dentales o al quitar y poner aparatos. La apertura de la boca en la zona vestibular está casi relajada, de modo que el área de trabajo se puede mantener seca de manera cómoda. Además, al quitar los restos de cemento con instrumentos rotativos, el tejido blando se protege para reducir al mínimo el peligro de sufrir daños. Por último, también lo utilizo en tratamientos con anestesia: aquí los labios también están protegidos por completo. No es necesario aplicar vaselina y también se elimina la necesidad de lidiar con la película de grasa que se forma sobre el espejo.

    Y si algún pequeño paciente no se muestra tan ilusionado con la idea de tener que hacerse una fotografía con los ganchos dentales, gracias a OptraGate y a una historia el paciente tiene una experiencia más agradable y tolera mejor la intervención.En general, no puedo más que recomendar encarecidamente el uso de OptraGate. Garantiza de manera elegante un tratamiento relajado y ayuda a solucionar los problemas ●