Hablamos con Antonio Montero Martínez

Antonio Montero Martínez
Presidente del C.O.E.M.

Hablamos con Antonio Montero, presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid. Profesional de principios claros, se nos muestra contundente en sus respuestas, en las que muestra ante todo un gran amor y respeto a su profesión. Pertenece al grupo de dentistas de la transición entre la estomatología y la odontología, le cogió la creación de los estudios de odontología mientras estudiaba medicina y sus dos licenciaturas en medicina y en odontología las dirige al mismo fin, atender al paciente con calidad científica y humanidad.

Compatibiliza su práctica privada como endodoncista exclusivo con su participación en la Universidad como Profesor Asociado del Dpto. de Odontología Conservadora de la Facultad de Odontología. U.C.M. y profesor del máster de endodoncia.

Su llegada a la presidencia del colegio hace cinco años estuvo precedida de su participación tanto en actividades y comisiones del colegio como de la Sociedad Española de Endodoncia.

Poco dado a la figuración, trabajador incansable, nos presenta una amplia y enriquecedora visión de la actualidad de la profesión y no escatima críticas a la propia organización colegial con la elegancia y lealtad de quien sólo piensa en lo mejor para la profesión.

La pandemia ha puesto a prueba a personas e instituciones y el Colegio de Madrid con Antonio Montero a la cabeza ha superado los obstáculos, han conseguido que los test se hagan por los odontólogos en sus consultas, que les delegue la administración la vacunación de los dentistas, y lo último, celebrar su 5º Congreso bienal en online y con un nivel de asistencia y calidad técnica por encima de todo lo previsible.

¿Qué le llevó a presentar su candidatura a la presidencia del colegio en 2016?

De una u otra manera siempre me he encontrado vinculado al colegio. He estado relacionado con los últimos 3 presidentes con los que mantengo una relación de amistad. Tengo la suerte de llevar más de 25 años dedicándome a la profesión que me gusta y creo que tengo la obligación de devolverle algo de lo que me ha dado. Siempre ha estado relacionado con instituciones y sociedades científicas, de hecho, estuve ocho años en la Junta de Gobierno de la Asociación Española de Endodoncia y cuatro en la comisión científica del COEM. Creo que todos tenemos la obligación de, en algún momento de nuestra carrera profesional, colaborar con las instituciones que pueden hacer que nuestra profesión avance.

Esta ya en su segundo mandato de presidente. ¿Ha resultado muy diferente la visión de la profesión desde el cargo?

Más que una visión diferente lo que tengo es una percepción más amplia de lo que es esta profesión. El ser presidente del colegio te da una perspectiva distinta de toda otra serie de factores que influyen en ella, pero que no son visibles desde el ámbito estrictamente clínico. Conoces reglamentaciones, normativas y estructuras legales que influyen decisivamente en nuestro trabajo. Además, conoces la vinculación que tiene legalmente nuestra profesión con las administraciones que regulan nuestro ejercicio. Reconozco que además es frustrante ver lo lento y complicado que es cambiar ciertos reglamentos obsoletos que condicionan la clínica. La ciencia avanza a una velocidad y la legislación a otra.

¿Qué objetivos tiene marcados para el colegio en este momento?

Todos los proyectos que teníamos al inicio de la nueva legislatura quedaron en un segundo plano ante el surgimiento de la pandemia de COVID-19. La toma de posesión fue en el mes de febrero y tan solo un mes después nos encontrábamos confinados en nuestras casas con las consultas cerradas y con una sensación de miedo y de incertidumbre por el futuro. Por ello todos los objetivos que nos habíamos planteado parecían entonces muy lejanos y carentes de importancia. Y así surgieron nuevos objetivos cómo conseguir equipos de protección para nuestros compañeros, procurar que la administración aceptará los procedimientos de ERTE que las clínicas presentaban, establecer canales de información para que los colegiados estuviesen al día de las sucesivas normas implantadas por el estado de alarma, así como de información sobre el nuevo virus sobre mecanismos a implementar en las clínicas para evitar su expansión. Y por supuesto, establecer una plataforma digital potente que nos permitiera continuar con nuestros ciclos de formación online.

¿Cuáles son los problemas que con más frecuencia plantean los colegiados al colegio para su solución?

Los problemas que plantean los colegiados son de todo tipo. Durante la pandemia nos pedían cosas que por desgracia quedaban fuera de nuestras competencias. Nos solicitaban que obligásemos al cierre de las clínicas dentales por el riesgo de contagio. También plantean problemas como la necesidad de controlar la plétora profesional y el desempleo. Por supuesto ese es un problema que el colegio está constantemente planteando a las administraciones pero que por desgracia no tiene ninguna capacidad para controlar. Los colegiados así mismo, están muy preocupados por la publicidad engañosa y la mercantilización de nuestra profesión. El colegio constantemente está denunciando ante la administración las prácticas de publicidad ilícita que muchos fondos de inversión propietarios de cadenas de clínicas están realizando. Y por último los colegiados plantean cuestiones del ámbito laboral fundamentalmente situaciones irregulares de falsos autónomos, así como impagos a colegiados por parte de propietarios de clínicas.

“No se concibe que actualmente España
sea el único país de la Unión Europea que
no reconozca especialidades dentro de la
odontología”

¿Se siente satisfecho con la participación del conjunto de los colegiados con el colegio?

Aunque existe un número importante de colegiados que participan en el colegio y colaboran con nuestra institución, la gran mayoría de los colegiados viven ajenos a la misma. Esta profesión es muy personalista y a veces endogámica y creo que eso hace que muchos compañeros no perciban la importancia que el colegio puede tener en su ejercicio profesional. Una de las grandes preocupaciones de la Junta de Gobierno que presido es conseguir llegar más al colegiado y que éste participe en todas nuestras acciones. Es esta una asignatura pendiente que me gustaría poder revertir antes de dejar la presidencia.

En Madrid hay dos Facultades de Odontología públicas y otras privadas. ¿Cómo son las relaciones del colegio con la universidad?

Las relaciones con todas las facultades de odontología de Madrid son excelentes. Con todas ellas tenemos firmados convenios de colaboración. De hecho, participamos en diferentes proyectos y acciones conjuntas. En todas nuestras campañas de promoción de la salud oral hacemos partícipes a las universidades. Una parte muy importante del colegio es la formación continuada y no concibo la misma sin la participación de las universidades. Creo que como institución tenemos la obligación de mantener un contacto directo por el bien de la formación científica de nuestros colegiados.

Las especialidades en odontología son la eterna asignatura pendiente de resolver. ¿Qué enfoque debería darse y qué propone usted para salir de esta situación?

En el tema de las especialidades estoy personalmente muy involucrado. De hecho, junto con el doctor Ignacio García Espona participo de la plataforma Odontólogos por la Especialidad. Estamos intentando relanzar el desarrollo normativo de las especialidades en España. No se concibe que actualmente España sea el único país de la Unión Europea que no reconozca especialidades dentro de la odontología. Los odontólogos españoles se encuentran en una situación de agravio comparativo cuando van al extranjero.

De tal forma, aunque tengan la formación en una determinada especialidad no tienen el título de especialista reconocido y no pueden competir en igualdad de condiciones con odontólogos europeos que sí tienen reconocido el título de especialistas en sus países. Esta es una competencia del Consejo General que es el que tiene la obligación de negociar con la administración la puesta en marcha de las especialidades en odontología de una vez por todas. Históricamente ha sido un tema bloqueado al pensar erróneamente, que el odontólogo general podía ver mermada su actividad profesional al desarrollarse las especialidades.

Pero esto no es así, las especialidades no limitarán la posibilidad de tratar pacientes en todas las áreas para las que el odontólogo tiene capacitación. Las universidades también tienen responsabilidad en el desarrollo de las especialidades. Un problema reside en que cuando las especialidades se desarrollen todos los títulos propios que no estén acreditados oficialmente como formación de la especialidad probablemente deberán desaparecer y esto puede condicionar que las universidades no se hayan implicado lo suficiente en este tema. En última instancia los más perjudicados son los pacientes ya que no pueden tener la libertad de elegir un especialista adecuadamente formado en un campo concreto.

¿Cómo son las relaciones del Colegio de Madrid con el Consejo General?

Las relaciones entre el Colegio de Madrid y el Consejo General podría decirse que son buenas. Mi relación personal con Óscar Castro es magnífica. Otra cosa es que el colegio de Madrid consideré que muchas de las actividades del Consejo no repercuten en los colegiados de la primera región. Probablemente el colegio de Madrid al ser un colegio grande sea capaz de cubrir las necesidades de representación, formación continuada y asesoramiento de los colegiados. Todas esas actividades que realiza el Consejo puede que sean útiles para colegios pequeños que no tienen capacidad de ofrecerlas a sus colegiados. Pero ese es otro debate. La viabilidad de colegios que solo representan a 50 o 70 colegiados. Lógicamente esos colegios pequeños necesitan que el Consejo realicé funciones que ellos no tienen capacidad de ejecutar. Probablemente habría que plantear la necesidad de reducir el número de colegios. Hacer menos colegios con un mayor número de colegiados con más recursos propios y por tanto más operativos. Desde el punto de vista del COEM las únicas funciones que debería tener el Consejo General es la representación institucional ante organismos de ámbito nacional como por ejemplo el Ministerio de Sanidad o el Ministerio de Educación. El resto de actividades las cubre nuestro colegio más que de sobra y en muchas ocasiones se duplican acciones. Creo que además el Consejo debería tomar decisiones consensuadas con los colegios y esto no siempre es así. Un ejemplo es la postura que tuvo el Consejo General en relación con la realización de Test de detección de COVID 19 en las consultas. Sin contar con la opinión de muchos colegios, público un documento jurídico en el que argumentaba las razones por las que un odontólogo no tenía competencia para realizar dichos test.

Meses después el Consejo cambió de postura ante las demandas de algunos colegios. Pero ese documento ya estaba publicado y la administración lo ha utilizado de argumento para no permitir que los dentistas realicen dichos Test. El Colegio de Madrid consiguió firmar un acuerdo con la Consejería de Sanidad por el que los odontólogos podían realizar libremente Test de antígenos en las consultas. Pero el mayor impedimento que encontramos durante las negociaciones fue el documento publicado por el Consejo General y que la administración lo interpreto como un dictamen del Consejo. Nos retraso la firma del acuerdo más de un mes y fue complicado explicar el cambio de postura del propio Consejo.

Las Leyes Electorales están en permanente debate en la vida pública. ¿Cree usted que la representación del colegio de Madrid en particular y la de los otros colegios en general es la justa en el Consejo General?

El Colegio de Odontólogos de la Primera Región representa a unos 9000 colegiados. Si consideramos que en todo el territorio nacional hay unos 45000 colegiados, prácticamente el 20% de la colegiación pertenece al COEM. En cambio, en la mayor parte de las votaciones ese porcentaje de representación no se corresponde.

Son muy pocas las situaciones en las que se considera el voto ponderado, de tal forma que en la mayoría de las votaciones vale lo mismo nuestro voto que el voto de un colegio con 200 colegiados.

“Creo que el Consejo debería tomar decisiones
consensuadas con los colegios y esto no
siempre es así”

Todos los colegiados conocen o al menos tienen la oportunidad de conocer con detalle las cuentas y presupuestos de sus colegios, que se debaten en asambleas públicas y sin secretos. ¿Podemos decir lo mismo de las cuentas y presupuestos del Consejo General?

Hay dos aspectos del Consejo con las que no estoy de acuerdo. Primero la imagen que proyecta de los odontólogos ante la sociedad. Creo que es una imagen anticuada de profesión elitista que en nada es acorde con lo que viven los odontólogos de hoy. Esa imagen nos perjudica puesto que la sociedad nos sigue viendo como una profesión de “ricos” que en nada se ajusta a la realidad. Cuando muchos compañeros están pasando verdaderos problemas para llegar a fin de mes.

“la imagen que proyecta (el Consejo) de los
odontólogos ante la sociedad. Creo que es
una imagen anticuada de profesión elitista
que en nada es acorde con lo que viven los
odontólogos de hoy”

El segundo aspecto son los presupuestos que maneja el Consejo. En mi opinión el Consejo está sobredimensionado. El Consejo tiene dos funciones básicas. Primero defender y representar a la odontología, a los odontólogos y en última instancia a los usuarios de los servicios odontológicos, es decir a los pacientes, ante los organismos de ámbito nacional.

La segunda coordinar acciones conjuntas de todos los colegios de España. Para ello no necesita las dimensiones ni el gasto que actualmente ejecuta. En la última asamblea del Consejo el COEM presentó una propuesta de reducción drástica de los presupuestos del Consejo. El objetivo era abrir un debate para conseguir entre todos una reducción en las cuotas que los compañeros pagan a las instituciones, tanto colegios como Consejo General. Se avecina una crisis económica sin antecedentes. El propio Consejo ha declarado que las clínicas han reducido entre un 30% y un 50% sus ingresos. Creemos que es el momento de reducir los gastos en beneficio de los colegiados. Era un estudio económico trabajado y en el que no existía ningún ánimo de conflicto.

“el Consejo está sobredimensionado”

Creemos que no es de recibo que una parte importante de los presupuestos del Consejo  (del orden de 300.000€) se emplee en gastos directos de la Junta de Gobierno, entre desplazamientos, alojamiento, manutención, seguros y dietas. Como resultado de nuestra propuesta solo conseguimos una contestación pública del tesorero del Consejo en la que ridiculizaba nuestra propuesta con una actitud paternalista por otra parte típica del Consejo. Ni una sola de nuestras proposiciones se tomó en consideración. Ante esa respuesta mi primera reacción fue que el Colegio de la Primera Región abandonara el Consejo y dejara de pagar su cuota.

No necesitamos al Consejo para seguir defendiendo con nuestros medios a la profesión y a los profesionales ante las instituciones. El problema es que legalmente no podemos irnos ni podemos dejar de aportar la cuota que nos corresponde. Por este motivo continuaremos, pero yo en lo personal, he perdido toda la ilusión de que una institución tan importante como el Consejo General cambie y sea consciente de que esta profesión ha evolucionado.

“en la mayoría de las votaciones vale lo mismo
nuestro voto que el voto de un colegio con 200
colegiados”

¿Hay una justa correlación entre la aportación de cada colegiado al consejo general y sus derechos políticos?

El Colegio de Odontólogos de la Primera Región aporta al Consejo General unos 600.000€ al año. Como hemos dicho en mi opinión el colegiado de Madrid recibe muy poco por parte del Consejo a cambio de lo que aporta. Entiendo que el Consejo es importante para otros colegios que necesitan de su ayuda para poder desarrollar sus actividades. Pero este no es el caso de nuestro colegio.

“Creemos que no es de recibo que una parte
importante de los presupuestos del Consejo
(del orden de 300.000€) se emplee en gastos
directos de la Junta de Gobierno, entre
desplazamientos, alojamiento, manutención,
seguros y dietas”

Se ha cuestionado la ética de los dirigentes colegiales que utilizan sus cargos para promocionarse. ¿Qué opina usted de estas actuaciones?

Creo que formar parte de una institución tan importante como el Colegio Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región es un honor suficiente cómo para pretender algún tipo de promoción. En el COEM nadie de la Junta de Gobierno cobra ninguna remuneración ni como dieta, ni como lucro cesante. A todos nos cuesta dinero de nuestro bolsillo. En lo personal no me ha supuesto un aumento de mi prestigio profesional ni un mayor número de pacientes. Eso se consigue trabajando día a día y buscando la excelencia profesional pero no con un cargo institucional como este. Pero si es cierto que si careces de ética, este tipo de cargos puede hacerte conseguir contactos y favores que de otra manera no conseguirías. No es mi caso. Tengo la ventaja de que yo no necesito ser presidente para ganarme la vida, ni por ego ni por necesidad económica. Cuando termine mi mandato me iré a mi casa a trabajar en mi consulta y a seguir las labores de docencia en la Facultad de odontología de la UCM.

“En el COEM nadie de la Junta de Gobierno
cobra ninguna remuneración ni como dieta, ni
como lucro cesante”

¿Cómo son las relaciones del Colegio de Madrid con la Administración de la Comunidad de Madrid?

Las relaciones con La Consejería de sanidad de la Comunidad de Madrid son extraordinarias. Tengo la suerte de contar con algunos compañeros de mi promoción de Medicina en cargos de relevancia de dicha Consejería. Fruto de esas buenas relaciones son los logros que durante este periodo el Colegio de Madrid ha conseguido materializada en la firma de convenios. Siempre hemos tenido una actitud colaboradora y de lealtad institucional.

Fundamentalmente en momentos de crisis, cómo la surgida tras los escándalos de Fannydent y de IDental. El Colegio de Madrid siempre ha denunciado la posibilidad de que esos escándalos acabaran explotando y en gran medida si la administración estaba advertida era gracias a nosotros. También hemos firmado diferentes convenios de colaboración el último ha sido el de la realización de Test de antígenos en las clínicas dentales para el cribado de pacientes asintomáticos derivados por la Consejería de sanidad. En estos momentos de pandemia creemos que era obligatoria la ayuda como sanitarios que somos. También debido a esa buena relación surgió la posibilidad de que la campaña de vacunación a los profesionales y sus equipos frente al COVID-19 se realizará en las instalaciones del colegio. Asumimos esa responsabilidad porque pensamos que era la única forma de agilizar la vacunación de todos los colegiados. Si esto no hubiera sido así, muchos colegiados se habían vacunado probablemente dentro de mucho tiempo ya que en el momento actual la salud pública se encuentra desbordada.

¿Cuál es el mayor logro conseguido durante su mandato en salud dental dependiente de la Comunidad de Madrid?

En mi opinión, el convenio de colaboración para la atención bucodental infantil firmado con la Consejería de sanidad ha sido uno de los mayores logros de nuestro colegio. Hemos tratado a más de 40.000 niños, con más de 850 clínicas adheridas todas ellas propiedad de dentistas colegiados. Se han tratado niños de los estratos sociales más desfavorecidos influyendo en la mejora de su salud oral y por tanto de su bienestar. Y lo que es más importante a largo plazo son pacientes que prestarán una mayor atención al mantenimiento de su propia salud oral influyendo en la mejora de la situación sanitaria de nuestra población en un futuro próximo. A diferencia de lo sucedido hace unos años en los que el PADI lo desarrolló una aseguradora dental en exclusividad, no se ha producido prácticamente ninguna incidencia, ni reclamación por parte de ningún paciente, siendo total la satisfacción por parte de la administración, de los colegiados y lo que es más importante, por parte de los pacientes. Durante los años que ha funcionado el convenio ha supuesto un ingreso para los colegiados de prácticamente dos millones y medio de euros anuales. En estos momentos de crisis, para muchas clínicas ha supuesto un alivio.

”el convenio de colaboración para la atención
bucodental infantil firmado con la Consejería de
sanidad ha sido uno de los mayores logros de
nuestro colegio”

Vivimos una terrible pandemia. ¿Cómo se ha gestionado desde el colegio?

La pandemia nos ha cambiado la vida a todos y por supuesto al colegio. Toda la planificación que teníamos para el año 2020 se vio trastocada por la irrupción del coronavirus y desde ese momento todo el trabajo y los esfuerzos del colegio fueron encaminados a solucionar problemas relacionados con la pandemia.

En un primer momento tratamos de informar de la mejor manera posible a los colegiados tanto sobre la situación en la que nos situaba el estado de alarma impuesto por el Gobierno, cómo de un virus nuevo del que se tenía muy poca información. Intentamos que esos primeros momentos de incertidumbre y miedo pasarán a conocimiento científico y establecer vías para que desde las clínicas se pudiera luchar por evitar la propagación. Establecimos protocolos para que se evitara el contagio entre pacientes, equipo de trabajo y profesionales. Fue un trabajo complicado, pero creo que viéndolo con perspectiva resultó muy útil. Desde el colegio de la primera región hemos impulsado que las clínicas dentales pudieron hacer de una manera libre los test de antígenos para la detección de pacientes asintomáticos tanto para proteger a los profesionales cómo para que sirvieran de garantía en aquellos tratamientos complejos. Creo que ha sido un éxito ya que puedo decir que la Comunidad de Madrid actualmente es el único lugar de España en el que la realización de esos test está perfectamente legalizada en el ámbito de la odontología.

Queríamos seguir ofreciendo una formación continuada de calidad. Realizamos diferentes cursos y webinars en nuestra plataforma online. Un ejemplo ha sido nuestro 5º Congreso Bienal COEM. Hemos conseguido organizar un congreso que creo, marca un antes y un después en los eventos digitales. Contamos con ponentes internacionales de primerísimo orden y con un nivel tecnológico no visto hasta ahora. Desde aquí quiero felicitar a todo el comité organizador y en especial al Dr. Aranguren y a la Dra. Ucha, verdaderos artífices del éxito del Congreso.

Y por supuesto dedicamos esfuerzo y medios económicos a la vacunación de todos los profesionales de nuestro sector. Después de meses negociando con la Consejería de Sanidad y reclamando la necesidad de vacunar a nuestros profesionales por estar en la primera línea del riesgo de contagio, conseguimos que la administración nos dispensará vacunas para que pudiéramos administrarlas a todos nuestros colegiados. El motivo de no vacunar antes a nuestros compañeros fue la escasez de vacunas que llegaban a la Comunidad de Madrid. En muchos casos estas vacunas se reservaron para segundas dosis de profesionales de primera línea y pacientes de edad avanzada de residencias.

En el momento en el que dispusimos de vacunas organizamos la vacunación masiva en un tiempo récord de todos nuestros compañeros y sus equipos. Prácticamente estamos hablando de 20.000 personas. Donde la situación se complicaba ya que en 3 semanas se necesitaba administrar una segunda dosis.

El esfuerzo e implicación de todo el personal del colegio con su gerente a la cabeza y de toda la Junta de Gobierno ha sido impresionante y os puedo decir qué ha supuesto multitud de desvelos y un sin fi n de reuniones hasta conseguir cuadrar la infraestructura para una tarea tan compleja.

¿En su opinión cuales son los principales retos a los que tienen que enfrentarse los nuevos profesionales?

Hay dos retos fundamentales. En primer lugar, estaría la situación laboral en donde el exceso de dentistas complica mucho que los odontólogos recién graduados consigan un trabajo digno. Si a eso sumamos la crisis económica que se avecina y el cierre de algunas cadenas de clínicas dentales que habían vivido una evolución en forma de burbuja más preocupadas por la entrada de capital procedentes de fondos de inversión que por dar un contenido clínico a su actividad, hace que el mercado esté muy complicado. El colegio lleva denunciando ante las autoridades esta situación desde hace muchos años. Es necesario un control del número de odontólogos que la sociedad puede asumir para que estos puedan desarrollar su práctica profesional de una manera digna. Esto se hace en todos los países civilizados, pero no en España, donde año tras año salen promociones y promociones de odontólogos que en muchas ocasiones no van a encontrar salida profesional.

“hemos puesto en marcha un certifi cado de
acreditación de formación continuada COEM”

Otro aspecto es que esta es una profesión altamente tecnificada en donde la era digital se ha impuesto de una forma decisiva. Hay una necesidad de mantenerse al día científicamente que otras profesiones no tienen. De ahí la importancia de la formación continuada que desde mi punto de vista, debería de ser obligatoria igual que sucede en otros países de nuestro entorno. Esto es una petición que Europa lleva haciendo a España y que las instituciones de las que depende no emprenden de una vez por todas. En este sentido hemos puesto en marcha un certificado de acreditación de formación continuada COEM, con un número de créditos obligatorios por año. Toda nuestra formación está acreditada por los órganos competentes. Este es un primer paso y una forma de reconocer el esfuerzo del colegiado que asiste a cursos, conferencia, talleres, etc.

“Es necesario un control del número de
odontólogos que la sociedad puede asumir”

El profesional que quiera ser capaz de competir en un mercado muy complejo tiene que estar al día de los avances tecnológicos. Y en el caso de que tenga clínica propia tiene que estar constantemente invirtiendo en nuevas tecnologías si no quiere quedarse obsoleto. Esto además se une al problema de que los precios de los tratamientos están muy por debajo de los que países de nuestro entorno aplican. De manera que compramos al mismo precio que ellos la tecnología, pero en cambio no obtenemos el mismo beneficio de nuestro trabajo. Esto también es un problema de difícil solución ya que entronca con la dura competencia que ha generado la plétora profesional y el exceso de oferta de tratamientos.

¿Cómo valora el nivel de los odontólogos actualmente? ¿Las nuevas promociones salen a la vida profesional con una buena formación?

El nivel de la ontología en España es altísimo. Basta con viajar por el mundo y ver ponentes internacionales para ver que cualquiera de los primeros espadas españoles está a su nivel. La Odontología en España siempre ha tenido un nivel extraordinario y son muchos los compañeros que son tomados como referentes a nivel nacional e internacional. Respecto a las nuevas generaciones creo que cada vez salen más preparadas con más información, con mayores posibilidades de formación posgraduada y cada vez con mayor vocación. Esta es una carrera vocacional y muchos alumnos en los primeros años se dan cuenta de que esta no es su pasión y abandonan los estudios para dedicarse a otras carreras. Creo que los que se gradúan lo hacen porque en realidad aman esta profesión y se desviven por adquirir destrezas y conocimiento para poder evolucionar en su práctica profesional.

“El nivel de la ontología en España es altísimo”

Las clínicas pertenecientes a franquicias, cadenas y otras formas de negocio al margen de los profesionales, están ganando terreno a las tradicionales regentadas por dentistas o agrupaciones de dentistas. ¿Hasta qué punto son responsables las nuevas generaciones que renuncian a liderar la gestión por comodidad?

Creo que las franquicias y las cadenas de clínicas en manos de grandes fondos de inversión es un modelo actualmente en crisis. Sí es cierto que durante muchos años han estado acaparando una parte importante del mercado odontológico. Pero la sucesión de escándalos por el cierre de clínicas dentales como Fannydent, Idental y últimamente Dentix ha situado a este sistema de clínicas en entredicho. Cada vez más los pacientes valoran la atención personalizada y la confianza en profesionales que van a velar por su salud. El modelo de clínicas basado en el marketing en la venta de tratamientos a financiar y donde predominan siempre los tratamientos más costosos sean o no los más beneficiosos para el paciente está en caída libre.

Entiendo que las nuevas generaciones no quieren embarcarse en el riesgo económico de acometer una empresa cómo es establecer su propia consulta. Pero la alternativa de trabajar para una clínica en la que en la que un comercial vende los tratamientos y un gerente obliga a los profesionales a cumplir unos objetivos de facturación mensual, bajo la amenaza de perder el trabajo, no creo que sea mejor alternativa. Desde aquí aliento a los nuevos compañeros a que su objetivo sea establecerse de forma independiente o asociándose con otros colegas intentando crecer poco a poco.

¿Considera que desarrollar la faceta empresarial y la formación de los nuevos dentistas en esta materia ayudaría a mantener la profesión en manos de los profesionales?

Uno de los grandes vacíos en los currículums de nuestros compañeros es la faceta empresarial y de gestión. Prácticamente se nos obliga a ser empresarios, pero nadie nos ha explicado nada de cómo gestionar una clínica. Todos hemos ido aprendiendo con los años y después de cometer innumerables errores. Afortunadamente hoy en día hay cursos y postgrados en los que un profesional puede aprender lo básico para poder llevar de una forma exitosa la organización de una clínica. Probablemente parte de esa formación se debería de estudiar en la Universidad y estoy de acuerdo en que probablemente así existiría un mayor número de profesionales qué montaría en su consulta.

Es muy triste ver como algunos empresarios sin escrúpulos se benefician del trabajo de nuestros compañeros, que son los que realmente tienen la formación sanitaria para atender pacientes. Desde el colegio siempre hemos apoyado el que la ley de sociedades profesionales se ejecute y no se vulnere con las sociedades de intermediación. La ley dice literalmente que si una actividad tiene que estar desarrollada por profesionales colegiados la propiedad de la clínica tiene que estar en manos de al menos el 51% colegiados. En España está ley no se cumple y cualquiera puede montar una clínica dental simplemente estableciendo una sociedad anónima que sea la propietaria de la clínica y que actúe como sociedad de intermediación ante los colegiados. Si la ley de sociedades profesionales se cumpliera todas las clínicas tendrían que estar colegiadas y se tendrían que regir igual que los profesionales, por una serie de normas éticas y deontológicas qué harían posible que el colegio interviniera en el caso de que la clínica en su conjunto las vulnerase.

“aliento a los nuevos compañeros a que
su objetivo sea establecerse de forma
independiente o asociándose con otros
colegas”

Desde la experiencia de quién vive la profesión desde la universidad, la práctica diaria y ahora desde el colegio. ¿Puede dar una recomendación para los que se están incorporando a la profesión?

Yo daría dos recomendaciones. En primer lugar, que amen su profesión. Esta es una profesión fundamentalmente vocacional. Es una profesión muy sacrificada dónde se necesita tener una vocación sanitaria, implicarte con los problemas de los pacientes. La segunda recomendación es que nunca dejen de aprender. Hay muchos compañeros que por ego o soberbia se creen que ya lo saben todo y que no necesitan continuar formándose. Pienso que esto es un error, lo ideal es tener ilusión por hacer las cosas mejor día a día. Acudir a congresos, estar al día de lo que otros grandes profesionales hacen a nivel internacional, intentar imitarlos. Al principio puede resultar muy frustrante, pero a poco a poco puedes ir mejorando en tu profesión y llegar un día en el que tú seas el referente. Si cada día intentas hacer las cosas mejor y buscas la excelencia es muy es muy probable que en un futuro triunfes profesionalmente.

Por último permítanos una intromisión en lo personal. ¿Cuáles son sus aficiones y actividades al margen de la profesión?

Por suerte o por desgracia tengo más aficiones de las que puedo desarrollar. Si tuviera que destacar una sería el ciclismo. Desde hace muchos años me dedico al ciclismo y de hecho,
soy socio fundador de un club ciclista en el que organizamos salidas todos los fines de semana. Creo que si tuviera más tiempo entrenaría en bicicleta a diario. Además, creo que la bicicleta es una de las mejores terapias para combatir el estrés.

Por lo demás dedico todo el tiempo libre del que dispongo, que a veces no es mucho, a mi familia. Tengo la suerte de tener una mujer maravillosa que me apoya y entiende la dedicación a mi profesión y al colegio. A mi familia le dedicó todo el tiempo que puedo que nunca es suficiente. Durante el confinamiento me di cuenta de lo afortunado que soy al contar con una familia maravillosa con la que compartir mi vida. Tengo dos niñas de 11 y 15 años y un chico de 18 que no solo comparte mi pasión por la bicicleta, sino que además es estudiante de primer curso de ontología.