Presidenta Comité Organizador XXIX Congreso SESPO, Santiago de Compostela
Doctora en Odontología por la Universidad de Santiago de Compostela y Graduada en Psicología por la UNED. Actualmente, es Profesora Ayudante Doctora en el Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la USC.
Es mejor prevenir que curar. ¿Los odontólogos están motivados para poner en práctica este dicho?
Siempre, la prevención es la base de los profesionales sanitarios. En estos últimos años la odontología ha cambiado hacia un enfoque preventivo y centrado en el paciente y los odontólogos somos conscientes de que la prevención es básica para lograr el objetivo de pacientes sanos.
¿Los estudiantes de odontología están recibiendo formación suficiente en el área de prevención? ¿Lo asumen después en su práctica diaria?
Creo que sí, por supuesto que nos gustaría disponer de más horas de formación en el grado para poder profundizar en aspectos de la filosofía preventiva y la gestión sanitaria. Con relación a este último, es necesario que los odontólogos formen parte de los equipos de planificación y gestión sanitaria para mejorar la atención odontológica en España. La mayoría de las enfermedades bucodentales son prevenibles con medidas poblacionales de salud pública, además, son básicas para una odontología de calidad.
¿Es la salud bucodental la gran olvidada de las administraciones públicas?
Por supuesto que es la gran olvidada de las administraciones públicas. Hay un artículo publicado en Lancet en 2019 que se titula “Ending the neglect of global oral health: time for radical action”, en el que se resalta que este mensaje está tan interiorizado entre los profesionales y la población que parece que es principal reto de la odontología, pero no podemos centrarnos en este mensaje Los datos nos avalan, según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades bucodentales no tratadas afectan a casi la mitad de la población mundial y el tratamiento de las patologías bucodentales supone un coste muy elevado para las familias. Por ello, es urgente que se destinen más recursos a la salud oral desde las administraciones públicas.
¿Cómo se encuentra estructurada en su facultad la enseñanza de odontología preventiva? ¿Qué actividades realizan?
En la Universidade de Santiago de Compostela la Odontología Preventiva y Comunitaria se imparte en el primer semestre del tercer curso. Los contenidos teóricos se complementan con el programa práctico, que supone una parte importante de la carga lectiva de la materia. En las prácticas clínicas, el alumnado aprende a aplicar las medidas preventivas, siguiendo los principios de ergonomía y organización del trabajo clínico y a identificar los factores de riesgo a nivel individual y comunitario de las enfermedades bucodentales.
Han pasado ya más de treinta años desde que se iniciaron los primeros planes de atención dental infantil en el País Vasco y Navarra. ¿Qué opinión merecen para una experta en prevención como usted?
En mi opinión, el PADI ha logrado resultados muy satisfactorios en las Comunidades Autónomas en las que se ha implantado. Creo que es una buena forma de aprovechar los recursos disponibles, aunque también considero que la administración debería revisar la compensación económica que reciben los dentistas adscritos, para que permita prestar más servicios acordes con los avances en la odontología.
¿La llamada tercera edad sigue siendo la olvidada de la administración en materia de salud bucal, que necesidades inmediatas proponen desde su sociedad?
En la SESPO, consideramos que la salud bucal de la tercera edad ha sido históricamente una asignatura pendiente para la administración. Las personas mayores a menudo presentan necesidades específicas, como la gestión de enfermedades periodontales, el cuidado de prótesis y la prevención de caries radiculares. Proponemos la implementación de programas de atención bucodental específicos para este grupo, que incluyan revisiones periódicas, educación en higiene oral y acceso a tratamientos restaurativos y preventivos asequibles. También es crucial la formación continua de los profesionales de la salud en el manejo de pacientes geriátricos y la integración de la salud bucal en los planes de cuidado general de la tercera edad
¿En su opinión, los planes hoy existentes, cubren expectativas de salud acordes con los avances de nuestra sociedad en otras áreas?
Aunque se han realizado avances significativos en la atención bucodental en España, todavía existen brechas importantes. Los planes actuales no siempre reflejan los avances en tecnología dental y la creciente evidencia sobre la importancia de la salud oral para el bienestar general. Es necesario actualizar los programas para incluir tecnologías de diagnóstico precoz, tratamientos mínimamente invasivos y enfoques preventivos más integrales. Además, es fundamental asegurar la equidad en el acceso a estos servicios, independientemente de la situación socioeconómica de los pacientes.
¿Sigue siendo la caries el primer problema en salud dental? ¿Qué actuaciones nos faltan por implementar?
La caries sigue siendo uno de los principales problemas de salud dental, especialmente en la población infantil. Para abordar este problema, necesitamos fortalecer los programas de prevención. También es esencial promover la educación en higiene oral desde temprana edad y aumentar el acceso a chequeos regulares. Es fundamental que los programas de salud bucal estén integrados con otras iniciativas de salud pública para abordar factores de riesgo comunes, como la dieta y el acceso a alimentos saludables. En este sentido surge la Alianza por un futuro libre de caries con el objetivo de que los niños nacidos a partir de 2026 permanezcan libres de caries durante toda su vida.
¿Qué factores de riesgo debe tener presentes el odontólogo en su trabajo diario?
En mi opinión, lo primero que debemos hacer los odontólogos es escuchar a nuestros pacientes, una historia clínica completa nos ayudará a identificar todos los factores de riesgo. No podemos centrarnos solo en los factores de riesgo individuales y es importante afrontar los determinantes sociales y comerciales de las enfermedades bucodentales.
El reconocimiento de especialidades en odontología es una aspiración y un debate permanente sin final ¿Opina usted que la especialidad de odontología preventiva es necesaria? ¿Qué área debería abarcar?
La especialidad de odontología preventiva es absolutamente necesaria. Debería abarcar áreas como la promoción de la salud oral, la prevención de enfermedades bucales, la educación en higiene dental, la atención primaria y comunitaria, y sobre todo en la implementación de políticas de salud pública y en la investigación en odontología comunitaria y epidemiología de las enfermedades orales. Los especialistas en odontología preventiva pueden desempeñar un papel crucial en la reducción de la incidencia de enfermedades bucales y en la mejora de la salud general de la población.
Se sigue poniendo al frente de los planes de atención dental en las administraciones públicas a profesionales médicos no odontólogos o estomatólogos. ¿Cree que una especialización en odontología preventiva sería la adecuada para dirigir estos programas?
Sí, creemos que una especialización en odontología preventiva sería ideal para dirigir programas de atención dental en las administraciones públicas. Estos especialistas tienen una formación específica en la prevención de enfermedades bucales y en la promoción de la salud oral, lo que les permite diseñar e implementar programas más efectivos y basados en la evidencia. Además, su enfoque integral y preventivo es crucial para abordar los problemas de salud bucal de manera más eficiente y sostenible
Desde su punto de vista como profesora de universidad, ¿cómo valora el papel de la universidad pública en la formación de nuevos profesionales?
Las universidades tienen ante sí el reto de formar en sus aulas a profesionales con capacidades analítica y crítica, versados en el ejercicio práctico de su profesión, con competencias ya desarrolladas en el momento de su graduación y deben de ser un elemento fundamental para el futuro de cualquier sociedad que quiere progresar. La universidad pública desempeña un papel fundamental en la formación de nuevos profesionales de la salud bucal. Ofrece una educación accesible y de calidad, fomenta la investigación y el pensamiento crítico, y prepara a los estudiantes para enfrentar los desafíos de la práctica clínica y la salud pública. Además, la universidad pública tiene la responsabilidad de formar profesionales comprometidos con la equidad y la justicia social, capaces de trabajar en diversas comunidades y contextos. Es esencial que se sigan fortaleciendo los programas académicos, la formación práctica y las oportunidades de investigación para garantizar que los futuros odontólogos estén bien preparados para contribuir al bienestar de la sociedad.
Los próximos días 25 y 26 de octubre se celebra en Santiago de Compostela el XXIX Congreso de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral. ¿Qué nos puede destacar de este congreso?
El lema del congreso es “Salud Oral como parte de un estilo de vida saludable” e incluye una variedad de conferencias, talleres y sesiones interactivas que abordarán temas de vanguardia en odontología. Se tratarán temas relacionados con la atención integral de la salud bucodental centrada en la persona. Destacaría las sesiones dedicadas a la investigación y a la promoción de estilos de vida saludables como la actividad física o los hábitos saludables relacionados con la alimentación y el uso responsable de medicamentos.
¿Cómo valora el nivel de los estudios de salud pública que se desarrollan en España? ¿Tenemos buenos profesionales en esta área?
Respecto a la formación en salud pública son los programas de posgrado y los Máster de Salud Pública los que constituyen la puerta de entrada para las personas que desean iniciar una carrera profesional en salud pública. Esto permite que graduados de diferentes currículos compartan un aprendizaje común, facilitando el trabajo en equipo en las futuras tareas multidisciplinarias de la salud pública y aportando un gran valor a esta disciplina y permiten aportar soluciones desde una óptica de “One Health”. Es necesario definir contenidos y competencias comunes que permitan compartir un mismo marco conceptual y metodológico.
No tengo ninguna duda sobre los buenos profesionales que desempeñan su trabajo en nuestro país en salud pública.
¿Qué le pediría a la administración pública para la salud bucodental? ¿Y a la Universidad?
A la administración pública le pediría más recursos económicos y que integren a los odontólogos con formación en planificación y gestión sanitaria en el diseño de políticas sanitarias. La salud oral es una parte integrante de la salud general y no puede gestionarse de manera independiente.
¿Qué proyecto tiene a la vista en este momento? ¿Y qué proyecto le gustaría poner en marcha?
Actualmente, mi actividad investigadora se centra en la mejora de la calidad de las prescripciones de antibióticos en odontología. A través de diferentes metodologías hemos identificado factores modificables que influyen en la prescripción de antibióticos de los odontólogos, entre lo que destacan el miedo, la complacencia o el beneficio económico. El siguiente proyecto es diseñar e implementar estrategias educativas dirigidas a estos factores, con el objetivo de reducir el porcentaje de prescripciones inadecuadas y contribuir a la lucha frente a las resistencias bacterianas.
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