EL REFLEJO DE LA REALIDAD EN LA PINTURA.

PARTE II.

Juan Alió Sanz
Doctor en Medicina y cirugía
Profesor titular de ortodoncia, Universidad Complutense de Madrid
Académico de la Pierre Fouchard Academy
Artista pintor

Como comentaba en el anterior articulo (El reflejo de la realidad Parte I.  Odontologos de hoy 2024. Vol 13. Num. 61) la percepción de la realidad es puramente subjetiva. Cada individuo tiene SU REALIDAD. Existe, sin embargo, una realidad objetiva, pura y esencial a la cual el ser humano solo puede acceder mediante la matemática, física o la geometría. Esto es así debido a que un cuadrado siempre va a tener cuatro lados o la suma de 2 + 2 siempre va a ser 4. El desarrollo científico intenta acceder a la realidad mediante el método inductivo o el método deductivo pero ambos métodos no están exentos un margen de error importante.

Para Nietzsche (1844-1900) la realidad no es racional. La razón no debe regir la vida humana. Para este filósofo, frente a la razón esta la intuición y debe ser a partir de esta como se puede acceder a una realidad más esencial. La intuición es lo que nos pone en contacto con la realidad y esta intuición se pone de manifiesto en el arte como actividad creadora.

La percepción de la realidad, en oposición constante entre el fenómeno y la esencia, hace que esta percepción sea subjetiva. El arte hace posible que estos elementos opositores entre si concurran formando una realidad espontanea fruto de la más pura intuición.

Volviendo al conocimiento de la realidad que nos proporciona el desarrollo científico cabe decir que los conocimientos aportados por este siempre tienen que guardar una coherencia con los conocimientos adquiridos antes. Es decir, la ciencia es un método coherente en sí misma y esta coherencia es tanto más estrecha cuanto más desarrollada llega a ser la propia ciencia. En contraposición a este hecho, toda obra de arte debe existir sola y para sí misma. Es decir, una obra de arte solo llega a ser tal obra de arte si posee una unidad, es decir, es la unidad que crea esa capacidad de actuar para sí misma.

La obra de arte, dentro de su coherencia y proporcionalidad, debe reflejar una porción de vida inherente a ella misma. Debe ser una porción vivible y en sí misma una totalidad de la vida.

En este sentido, el arte contemporáneo, más concretamente, el arte abstracto, refleja una realidad ausente de toda objetividad. Siguiendo a Nietzsche, es la más pura expresión de la intuición como método directo de acceso a la realidad esencial. Podemos decir que la totalidad de vida que refleja una obra de arte, con la pintura abstracta se transforma en la más pura totalidad intensiva. El intenso reflejo de la ausencia de objetividad es lo que se manifiesta de forma pura y esencial en el arte abstracto.

Vamos a ver una corriente muy representativa del arte abstracto, se trata de la abstracción geométrica la cual expresa la objetividad racional, estructurada de forma pura y consistente. El autor más representativo de esta corriente es, sin duda Piet Mondrian (1872-1944).

Mondrian P. Composición en rojo, amarillo, azul, blanco y negro (1921)

En la obra “Composición en rojo, amarillo, azul, blanco y negro” nos aparece una visión estructural de la realidad intuitiva más pura de autor. Es una obra coherente en sí misma. Utiliza colores primarios sencillos con líneas negras que los delimitan. Los colores, así definidos y limitados nos trasmiten una idea de encasillamiento y, de alguna manera, perdida de la libertad. Algunos colores son más representativos que otros, lo cual quiere representar el reflejo de la distorsión social como realidad pura y totalmente subjetiva del propio autor. Observando la obra vemos que solo existen dos líneas completas, una horizontal y otra vertical. Interpretación de una idea de continuidad en los extremos, ya que, ambas líneas se encuentran en los extremos de la obra. La intuición del autor nos refleja la idea máxima de que lo extremo es lo único que realmente es constante.

Mondrian P. Composición en rojo, azul y amarillo (1930)

Las características esenciales en las pinturas de Mondrian se mantienen casi contantes. En “Composición en rojo, azul y amarillo”, observamos esta repetición en colores y líneas negras. Como en el caso anterior, las únicas líneas completas son una en horizontal y otra en vertical y, como en el caso anterior, ambas se encuentran en los extremos. El rojo es el color principal, situando a los demás en un plano muy secundario.

Ambas son obras de totalidad de vida, coherentes e intensivas. Cuando vemos una obra de este autor observamos la realidad más absoluta y esencial trasmitida a través de la propia geometría. Es la geometría pura y limpia, aquella que nos permite acceder a la realidad esencial, aquella que  Immanuel Kant (1724-1804) definía como Noumeno.

Otro gran representante de la abstracción geométrica es Donald Judd (1928-1994) también representante de la llamada corriente minimalista.

Judd D.  Sin título (1993)

En la obra no titulada de Donald Judd vemos la expresión geométrica de la idea intuitiva del propio autor. Es un cuadrado blanco encerrado entre un enrejado de líneas rojas evidentes, extremas y continuas que rompen el trazado tanto vertical como horizontalmente. En definitiva la obra supone un reflejo de una sensación concreta represiva en la cual el propio autor es protagonista principal.

D. Judd. Sin titulo. 1992

En la siguiente obra de Donald Judd vemos que el formato ha cambiado de forma dramática. El lienzo esta totalmente cargado de un rojo borgoña en el cual se inserta de forma completamente inesperada, una escuadra de tonos plateados. Es una escuadra que nos marca y representa la rectitud del ángulo recto y la posibilidad d reproducirlo con dicha herramienta. Esta pieza solitaria, aislada, como tímida y retraída es, sin embargo, una pieza perfecta que puede reproducir la perfección. Interpretaciones variadas de una realidad objetiva.

En 2002 realicé una serie de cuadros (SERIE CIELOS) en los cuales estaba representada la más pura abstracción geométrica.

Juan Alió. SERIE CIELOS. “La primavera” Técnica mixta. (2002)

La intuición, como medio de expresar la realidad subjetiva mediante la creación artística, en esta serie de cuadros se manifiesta de una forma extravagante. Observamos un fondo de cielo primaveral, circunscrito en un marco del negro más puro, como encerrando la visión de eterna vida en un marco restringido. La obra refleja la representación de una realidad viva e inevitable. Es evidente que cuando realicé esta obra, toda ella fue fruto de la más pura intuición. Yo mismo no tenía ninguna intención de realizar de esta forma dicha obra. En este sentido creo que se trata de una obra de una conciencia prerreflexiva, que carece de determinación e intencionalidad. Siguiendo a Jean-Paul Sartre (1905-1980) esta conciencia prerreflexiva no entra en el mundo de la conciencia como evidencia. “Cuando soy consciente de que me he dado cuenta de algo,” ya estoy emitiendo un juicio. Es ese momento ya estamos en un nivel de  conciencia reflexiva, el ego cogito”. Cuando una obra es reflejo de la intuición más pura estamos revelando una realidad de nuestra conciencia prerreflexiva. Es una ventana abierta a nuestro inconsciente.

Juan Alió. SERIE CIELOS. “El invierno” Técnica mixta. (2002)

En la obra “el invierno” de la misma serie CIELOS, el formato se repite de forma casi uniforme. Es una característica de los cuatro cuadros que conforman la serie, el trazado limitado de la realidad que asoma por la ventana con dos líneas que de alguna manera lo encarcela. La realidad más evidente, la que nos muestra nuestra conciencia reflexiva, aparece en la obra reprimida.

En resumen, la realidad que nos ofrece este tipo de pintura abstracta es un reflejo fiel de nuestra conciencia prerreflexiva a la que podemos acceder mediante la intuición. El ejercicio de la intuición en el arte nos permite acceder a la realidad más profunda de nuestro ser.