Tarde de Gala para la odontología, en Barcelona el día 3 de abril.
Lluís Giner ingresó como académico de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED) durante una ceremonia que se celebró el pasado 3 de abril en el Salón de Actos de Fomento del Trabajo Nacional, sede de la RAED. El recipiendario leyó el discurso de ingreso “Los dientes: del comer al lucir. Evolución de los materiales odontológicos y cambios sociales”. Le respondió en nombre de la Real Corporación el académico de número y vicepresidente Pedro Clarós.
El acto presidido por el Presidente de la RADE Doctor Alfredo Rocafort, fue seguido por numerosos asistentes tanto académicos como amigos del recipiendario. Actuaron como padrinos el Doctor Javier Gil Rector de la Universidad Internacional de Cataluña (U.I.C.) y el Doctor Josep María Ustrell, Vicedecano de Odontología de la Universidad de Barcelona y académico desde 2018, con lo que las dos universidades Barcelonesas con docencia de grado en odontología tienen presencia en la Real Academia con sus máximos responsables académicos.
La historia de la Real Academia Europea de Doctores es centenaria. Según se explica con detalle en su página web, fue denominada Real Academia Europea de Doctores (RAED) en 2016. Previamente, la institución tuvo diversos nombres oficiales en su siglo de historia: Agrupación de Doctores Matriculados de Cataluña (1914-1920), Colegio de Doctores Matriculados del Distrito Universitario de Barcelona o Colegio de Doctores (1920- 1954), Academia de Doctores de Cataluña y Baleares o Academia de Doctores (1954-1990) y Real Academia de Doctores (1990-2016).
Se puede considerar a Álvaro Esquerdo –secundado por su secretario, el Dr. Guillermo de Benavent– el verdadero fundador de la institución, que tuvo en sus inicios una intensa vida cultural, incluida la solemne sesión de fin de curso de 1919 presidida por S.M. el rey Alfonso XIII en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona.
En el año 1989 la Academia es reconocida entidad de derecho público y Su Majestad el rey Juan Carlos I le concede el título de Real, siendo desde entonces Real Academia de Doctores.
La misión del académico es la de acceder a la verdad, la de defender la vida, la de trabajar la ciencia y proclamar la convivencia intercultural.
Esta academia es plural, abarcando muchas áreas de las ciencias y las humanidades, y esto es lo que le da la potencialidad de influir en el comportamiento ético de las diferentes profesiones, fruto de los estudios universitarios. Los académicos están al servicio de la sociedad.
Hace unos años, la Academia se propuso superar barreras físicas, geográficas y políticas, y apostar decididamente por la internacionalización. En 2016, ese reto ha culminado al añadir el adjetivo “europea” al nombre de la institución.
Por el camino, la Real Academia de Doctores ha sido admitida en 2013 como academia asociada por la Junta rectora del Instituto de España, y ha celebrado su centenario en 2014.
Luis Giner Tarrida. Barcelona 1956, Licenciado en medicina y cirugía (UAB) 1977. Especialista en Estomatología (UB) 1982. Doctor en Medicina y Cirugía “Cum Laude” (UB) 1990. Una intensa labor dedicada a la docencia universitaria desde 1998 en que ocupo el puesto de Director del Área de Biomateriales y Prótesis de la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Cataluña y Decano de esta facultad desde el año 2011. Es miembro de la Comisión Evaluadora de Homologación de Títulos Universitarios Extranjeros de la ANECA y Secretario de la Conferencia Española de Decanos de Odontología. Participó en la edición del Libro Blanco de la odontología en el proceso de convergencia de la educación superior en Europa en 2004. Numerosos artículos publicados, tesis dirigidas, participación en congresos y conferencias, hasta posesión de cinco patentes y un sinfín de méritos académicos.
Pero si algo le define a pesar de todos los méritos mencionados es su categoría personal, desprende amabilidad y afecto como pocos lo consiguen y es un referente de humanidad para todos sus alumnos y para quienes tenemos la suerte de conocerle.
Pronunció el discurso “Los dientes: del comer al lucir. Evolución de los materiales odontológicos y cambios sociales”
En su trabajo, el nuevo académico realiza un documentado recorrido por la larga historia de la odontología, que se remonta a la prehistoria, por más que arranca tal y como la conocemos hoy en los avances de Pierre Fauchard (1678-1761), considerado el fundador de esta especialidad. Giner reseña también el nacimiento de la ortodoncia como ciencia en el siglo XIX y se centra en la revolución que para la salud bucodental suponen los avances
científicos, sanitarios y sociales que se dan a lo largo del siglo XX. “El siglo XX enmarca un nuevo escenario, completamente distinto a los anteriores, supone inmensos cambios centrados principalmente a partir de mediados de siglo, debidos a avances científicos, ecnológicos y sociales, producidos a una mayor velocidad que en los anteriores periodos históricos. Estos cambios no solo afectan a diferentes materiales dentales, sino también a la forma de ver la profesión, a los sistemas asistenciales sanitarios y, cómo no, también al concepto de sistema y calidad de vida por parte de los pacientes”, señala en este sentido.
“La odontología ha sufrido muchos cambios en el último siglo, propiciados por los adelantos tecnológicos aportando mejoras significativas en la calidad de vida de los pacientes, y en la comodidad y eficacia del odontólogo.
La última frontera de estos avances pasa por la función estética que se le da actualmente a la boca y el sistema masticatorio. Además del uso de lo que ya se conoce como “materiales inteligentes”. “Entrando en el siglo actual surge el concepto de cómo pueden los materiales tener efectos positivos en nuestros tratamientos en lo que podríamos denominar materiales inteligentes. Ejemplos de ello son los materiales para recubrimientos de fosfato cálcico para potenciar la osteointegración y compuestos que ayudan a la recalcificación”, explica.
“La odontología ha sufrido muchos cambios en el último siglo, propiciados por los adelantos tecnológicos aportando mejoras significativas en la calidad de vida de los pacientes, y en la comodidad y eficacia del odontólogo. Sin embargo, otros cambios han supuesto una nueva mentalidad, una nueva forma de entender la odontología, y en consecuencia la forma de entender la atención sanitaria y dental”.