Conferencia Acto Graduación 14 Junio 2024

Discurso de José Manuel Aguirre Urizar, Catedrático Emérito de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea en la Ceremonia de Graduación de la Facultad de Medicina y Enfermería del curso 2023-2024, el 14 de junio de 2024.

Buenos días, autoridades, compañeras y compañeros del Claustro, señoras y señores, madres y padres, familiares,

Queridas graduadas y Queridos graduados. Ha llegado el momento de deciros Zorionak¡¡ Felicitaciones¡¡

Mis primeras palabras en este acto deben ser de agradecimiento, Muchas gracias por proponerme como padrino. Para mi es un gran honor ser el padrino de los 565 graduados sanitarios de la Facultad de Medicina y Enfermería. Muchas gracias a las 4 promociones que os graduáis hoy, de Medicina, Enfermería, Fisioterapia y Odontología.

Aunque mi labor docente se ha desarrollado sobre todo en el Grado de Odontología, y antes en Estomatología, quizás algunos os acordéis de mi, al cruzarnos temprano por las mañanas por los interminables pasillos de la Facultad en Leioa, camino del aula o de la clínica.

Llevo más de 50 años en esta institución, primero como alumno y después como profesor, puedo decir que soy más viejo que el Anfiteatro.

Finalmente ha llegado para todos vosotros el día en el que podéis decir: “se acabó”, “ya llegó el día”, “por fin ya terminé”, ya que tras haber estudiado mucho con el objetivo de ser un profesional sanitario, habéis alcanzado la graduación. Por ello, ahora os debería tocar descansar. Lamentablemente tengo que deciros que para algunos esto no va a ser así, ya que esta graduación continua con una segunda parte, y aunque ya seáis profesionales sanitarios, os quedan algunas escaleras que subir para finalizar este camino profesional, como la preparación del MIR, la residencia, la especialización, los másteres, el doctorado, etc. No obstante, algunos si podréis comenzar a ejercer vuestra profesión sanitaria desde mañana directamente, bien en la Sanidad pública y/o en la Sanidad privada.

Aunque parezca un tópico, nuestra profesión sanitaria, que es y debe seguir siendo vocacional, exige que sigamos estudiando, aprendiendo, conociendo, comprendiendo, etc., en resumen, mejorando nuestra actividad de manera continua, sobre todo si uno quiere ser un buen profesional sanitario.

Cuando supe que era vuestro padrino y que tenía que hablar en esta ceremonia, dudé mucho sobre que hablaros, dando vueltas a diferentes posibilidades. Finalmente decidí hablaros sobre algunos preceptos o mejor, compromisos que tiene la actividad profesional sanitaria, a la que vais a acceder tras esta graduación.

Hoy voy a exponeros algunas reflexiones sobre la actividad profesional sanitaria, que deseo os resulten positivas y motivadoras, y lo voy a hacer siguiendo los principales preceptos que recoge el Juramento Hipocrático, legado clásico del maestro clásico griego Hipócrates, y que, trascurridos 25 siglos, en mi opinión todavía siguen muy vigentes.

El primer precepto al que quiero referirme es general y universal, y señala que el profesional sanitario se compromete a ejercer su actividad sanitaria al servicio de la humanidad, dignamente y con conciencia.

Creo firmemente que nadie puede dudar de que este compromiso es irrenunciable para los profesionales sanitarios. Y si alguno tiene alguna duda, solo debe ver los telediarios que todos los días, desde hace meses, nos muestran los horrores de la guerra de Gaza y la labor humanitaria que realizan muchos compañeros sanitarios, sin medios y poniendo en peligro sus vidas.

El segundo precepto se refiere al compromiso que los sanitarios tenemos para guardar y respetar todo lo que nuestros pacientes nos van a confiar.

En estos tiempos en los que prima la informática, la robótica, la inteligencia artificial, etc. y el negocio, este compromiso corre un grave peligro. En la actualidad, cualquier persona, organismo, institución, etc., puede saber todo sobre nosotros, y no solo el número de nuestro teléfono para bombardearnos con ofertas, sino también nuestros datos personales y sanitarios. Además, en muchos casos cuando no se conocen o no se pueden obtener o comprar, se inventan.

Que esta situación no ocurra en nuestro quehacer profesional es también responsabilidad nuestra, es un compromiso de todos los sanitarios que no debemos olvidar. La confidencialidad con nuestros pacientes es un precepto fundamental en nuestra actividad, es la base de la clásica buena “relación sanitario-enfermo”.

El tercer precepto que quiero resaltar se refiere al compromiso que tenemos de actualizar y compartir nuestros conocimientos sanitarios en beneficio del paciente y del avance del conocimiento en las ciencias sanitarias.

Como he comentado antes, la carrera de un buen profesional sanitario no tiene final, es una carrera continua mientras dura su ejercicio, ya que siempre hay que aprender, estudiar una enfermedad, buscar un remedio, discutir un diagnóstico validar una técnica, etc.

Además, no debemos olvidar que el conocimiento que posee un profesional sanitario, siempre debe compartirlo. Los sanitarios no podemos ser “egoístas” y guardarnos el conocimiento que hemos adquirido y/o que otros compañeros nos han enseñado. Alguien se imagina que Alexander Fleming no hubiera compartido el descubrimiento de la penicilina, obtenido de forma casual a partir del hongo Penicillium notatum, o que Santiago Ramón y Cajal no hubiera escrito ningún artículo sobre el Sistema Nervioso y su funcionamiento. Como decía Ernesto “Che” Guevara, que fue médico, “el conocimiento nos hace responsables”, a lo que yo quiero añadir, si “pero siempre para hacer el bien”.

Finalmente, el cuarto precepto, que por sí solo justifica la actividad profesional sanitaria, se refiere a la obligación de velar ante todo por la salud de nuestros pacientes, diagnosticando y tratando las enfermedades que puedan padecer.

Aunque este precepto parece incuestionable para un profesional sanitario, en la actualidad, asistimos a una corriente de magnificación del tratamiento, de la terapia, del “hacer algo”, como fundamental actividad profesional sanitaria reconocible y por ello remunerable, lo que considero una actitud muy peligrosa para la profesión sanitaria, ya que lamentablemente en muchos casos es el preludio de la iatrogenia y el sobretratamiento. Por ello, creo firmemente que en la actividad sanitaria actual debemos cambiar el paradigma de “Vivir la profesión sanitaria para tratar” por el de “Vivir la profesión sanitaria para diagnosticar y si es necesario tratar”.

debemos cambiar el paradigma de “Vivir la profesión sanitaria para tratar” por el de “Vivir la profesión sanitaria para diagnosticar y si es necesario tratar”.

Como señalaba el Lain Entralgo: “El profesional sanitario diagnostica para curar, pero también para saber, y así mismo para descollar socialmente”, a lo que actualmente debemos añadir que también lo debe hacer “para prevenir”.

Creo firmemente que el diagnostico debe seguir siendo la piedra angular de la actividad sanitaria, la tarea asistencial fundamental y el mayor reto para todos los profesionales sanitarios.

Desde el siglo pasado existen 2 grupos de profesionales sanitarios respecto del mejor o más adecuado proceder para obtener el diagnóstico. Por un lado, están o mejor estamos, los sanitarios “clásicos”, los “tradicionales”, los “antiguos”, que defendemos la historia clínica y la exploración física. Somos los de los síntomas y los signos, los que analizando estos datos tratamos de alcanzar el diagnostico, si es posible final, y si no lo es, provisional hasta tener más elementos. Y por otro lado están los sanitarios “modernos”, los “maquinas”, los “informáticos”, que defienden la superioridad de las nuevas técnicas diagnósticas: analíticas, imagenológicas, moleculares, etc., y minusvaloran el relato del paciente, la exploración física y el diagnóstico clínico.

Como tantas cosas en la vida, la virtud casi siempre está en el punto medio. Por ello, mi consejo es que creáis en la historia clínica y en la exploración física, y las hagáis siempre, ya que son el eje principal del diagnóstico, y que después de hacerlas y conseguir un diagnóstico “inicial”, os apoyéis para confirmarlo o no en todos los exámenes complementarios que necesitéis, que estén indicados y que, no lo olvidéis, cuenten con la conformidad del paciente.

No debemos olvidar que cuando un paciente acude a nosotros desea saber qué es lo que le pasa, que es lo que está mal y como se puede solucionar. Por ello, deberéis dar a estos interrogantes las mejores respuestas posibles, y no solo volantes y recetas. Vais a comprobar como cada paciente es único e irrepetible y aunque la enfermedad sea la misma, siempre va a mostrar características especiales en cada uno de ellos.

Los que tenemos cierta edad os estamos esperando, esperando que nos ayudéis, esperando que nos diagnostiquéis y que nos tratéis adecuadamente. Por favor ser buenos profesionales sanitarios y si podéis ser los mejores profesionales sanitarios.

Como vuestro padrino estoy seguro de que todas y todos vais a ser unos grandes profesionales sanitarios.

¡Felicitaciones y Muchas gracias!

De izquierda a derecha: Secretaría Académica de la Facultad, Teniente Alcalde de Bilbao, Consejera de Sanidad, Rectora de la UPV/EHU, Viceconsejero de Universidades, Decano de la Facultad y Padrino.