Presidente de la Asociación Española de Vacunología
“El principal problema de las vacunas es su éxito: son tan buenas que parecen innecesarias”
Jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, Amos García Rojas preside también la Asociación Española de Vacunología (AEV), que trata de arrojar toda la luz posible del más evidente conocimiento científico sobre ese tema que a veces resulta más controvertido de lo que debiera: las vacunas. Con 20 años de trayectoria, la AEV se afana por situar a las vacunas en las políticas preventivas y de salud pública que debieran orientar la acción de gobierno sanitario de cualquier país que se precie. Sin embargo, no pocos obstáculos impiden que la sensatez se imponga y las vacunas ocupen el lugar y el alcance que se les presupone. De ahí la importancia de tareas divulgativas como la que efectúa sin descanso García Rojas, convencido de que solo la evidencia pondrá a cada cual en su sitio. Y las vacunas, pese a todo, todavía no están donde seguramente se merecen. ODONTÓLOGOS DE HOY conversa telefónicamente con García Rojas para conocer en detalle por qué.
Ismael Sanchez
ODONTÓLOGOS DE HOY: ¿Cuál es el origen de la AEV?
Amos Gacía Rojas: Es fruto de la necesidad acuciante sobre un mayor conocimiento de todo lo referido a la vacunología. La Asociación se preocupa por diferentes campos del saber científico y de ahí que agrupe a profesionales muy diversos: epidemiólogos, preventivistas, pediatras, farmacéuticos, enfermeras… Nació hace ya 20 años, y la evolución ha sido continua, porque la propia materia a la que nos dirigimos no deja de actualizarse permanentemente. Las vacunas, además de un marcado carácter multidisciplinar, están cambiando a cada momento, de ahí que sea obligado estar al tanto de cualquier novedad.
ODH: ¿Cuál sería el retrato robot del socio?
AGR: No lo hay. La verdad es que, como ya he dicho, en la AEV convivimos profesionales de muchos tipos y de muy diferentes conocimientos. Trabajamos preferentemente para la Administración sanitaria y en los servicios públicos de salud. Pero si tuviera que mencionar alguna característica común a todos nosotros sería la alta cualificación que nos caracteriza.
ODH: ¿Qué evolución han tenido los objetivos de la AEV en estos 20 años de trayectoria?
AGR: Lógicamente, en la medida en que el sector sanitario ha ido cambiando, y también las vacunas, nuestros objetivos fundacionales se han ido adaptando progresivamente. Además, durante estos años, hemos tenido que enfrentar momentos complicados, de alta tensión mediática debido al debate público que se ha generado en torno a las vacunas. Con todo, nuestra principal misión es generar conocimiento y espacios de consenso y debate entre los tres actores esenciales en vacunología: la Administración sanitaria, los profesionales y la industria farmacéutica.
ODH: ¿Y cómo se evitan esos momentos de tensión mediática?
AGR: Procuramos concebir y desarrollar actividades que fomenten el conocimiento detallado de las vacunas, creando fotos de puesta al día, que sean gratuitos y que estén al alcance de los agentes implicados a los que me refería antes, no importa su lugar de residencia, incluso en ámbitos geográficos de difícil acceso. Y, sobre todo, actuando con transparencia, para ganar así la mayor credibilidad posible. Frente a la tensión y la controversia, nosotros defendemos los debates tranquilos y mesurados.
ODH: ¿Cuándo llegó a la presidencia?
AGR: En 2013 y ahora acabo de renovar para un nuevo período. Mi mandato concluye en 2020 y ahí dejaré el paso a otro compañero.
“El nuevo calendario vacunal único es muy positivo. Era necesario visualizar de una vez que las vacunas no son solo cosa de niños»
ODH: Vacuna es un término que habitualmente viene acompañado de otros como salud pública y prevención. ¿Es imposible hablar de uno sin citar los otros?
AGR: En efecto, yo creo que son conceptos que deben ir de la mano. Ahora bien, lo importante es que cada agente sepa claramente cuál es su rol en esta historia. Que sepa cuál es su papel, y cuál es su espacio, y procure no salirse de ninguno de los dos. Lamentablemente, ha habido ocasiones en las que han representado otro papel y esta es precisamente la causa que ha generado esa tensión y ese debate crispado que tanto mal le termina haciendo a las vacunas.
ODH: El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha dado su visto bueno a una de las propuestas más largamente perseguidas: el calendario vacunal único, patra todas las edades. ¿Responde a sus expectativas?
AGR: Es sin duda un paso muy positivo. Era necesario visualizar que la vacunación no era solo cosa de niños, sino que afecta a todas las etapas de la vida. Y esto es un salto cualitativo muy importante. Más allá de las vacunas y enfermedades contempladas, lo importante del nuevo calendario es el concepto, el planteamiento global que han hecho sus autores. Estamos ante un auténtico cambio de paradigma puesto que la vacuna pasa a ser una nueva herramienta global para luchar contra determinadas enfermedades.
ODH: ¿Cree, como considera la ministra de Sanidad, Mª Luisa Carcedo, que el nuevo calendario será un arma muy eficaz para luchar contra el negacionismo?
AGR: Con toda seguridad. Sin duda, va a ser un elemento de fortaleza frente a quienes niegan las evidencias de las vacunas.
ODH: ¿A qué atribuye a que todavía haya gente que no solo no recurra a las vacunas, sino que las denigre y desacredite cada vez que tenga oportunidad?
AGR: Los sectores que no recurren a las vacunas son un grupo heterogéneo. Hay gente que quizá no se puede vacunar, y no se vacunan, pero también hay bolsas de marginalidad, de desastre social, y claro está, padres y madres temerosos, que tienen dudas sobre enfermedades que no aparecen ni se manifiestan, pero a las que no debemos perder de vista. A todos ellos es preciso transmitirles el mismo mensaje de que si no se vacunan, las enfermedades esas que no ven y que están hoy por hoy desaparecidas y erradicadas, pueden terminar volviendo.
ODH: Y a los grupos alternativos o antivacunas, ¿qué se les puede decir?
AGR: Pues hay que decirles que la tierra es redonda, no plana. Y que la leche, es mejor tomarla pasterizada. En definitiva, hay que decirles que hagan uso del conocimiento demostrado, de la evidencia científica. En realidad, creo que lo progre es vacunarse, hacer uso de las vacunas y no al revés, como algunos practican.
“Los grupos antivacunas son heterogéneos. Pero yo creo que
lo verdaderamente progre es vacunarse»
ODH: ¿Sabría decirnos la vacuna más relevante de estos últimos 20 años?
AGR: Hay que quitarse el sombrero con todas las vacunas y recordar todas las enfermedades transmisibles que evitan: sarampión, rubeola, polio, difteria, tétanos… Hasta la última que se introdujo, la conjugada frente al neumococo. El único problema de las vacunas es su propio éxito: de tan buenas que son, de tantas enfermedades que curan y que borran, terminan por hacernos creer que son innecesarias. Y ocurre todo lo contrario.
ODH: ¿Le molesta que le identifiquen como provacunas?
AGR: Es que no soy provacunas. Solo soy un profesional sanitario que constato la evidencia que me aporta el conocimiento científico y por eso, solo por eso, defiendo las vacunas. Que no son, no tienen que ser únicamente productos farmacéuticos. Una formidable vacuna contra el VIH ha demostrado ser el preservativo. Y contra el tabaquismo, la ley antitabaco. Hablar de vacunas es hacerlo de actitud y de salud pública. Lo que no entiendo es que estos debates entre ciencia y creencia que afectan a las vacunas no se produzcan en modo alguno en otros ámbitos médicos.
“No estoy a favor
ni en contra de la obligatoriedad de la vacunación. Ahora bien, es posible que, si las tasas de vacunación entre profesionales siguen tan bajas,
sea un debate que haya que abrir»
ODH: Puede que el recelo del profesional sanitario a vacunarse también contribuya a ese debate…
AGR: Puede ser, sin duda. La cobertura de la vacunación contra la gripe en el profesional sanitario es para echarse a temblar. Y todos deberíamos tener claro el principio primum non nocere, lo primero es no hacer daño. Por mi salud y la de mis pacientes, como profesional debo vacunarme. Somos referencia también en este tema. Para mí es absolutamente incomprensible que no demos ejemplo.
ODH: ¿Sería partidario de introducir la obligatoriedad para que el profesional se vacunase?
AGR: Es un debate que rechazo. No estoy a favor ni en contra. Ahora bien, que un tatuador deba estar obligatoriamente vacunado contra la hepatitis B, por ley, y un cirujano cardiaco, no, pues es, insisto,incomprensible. Y si las cosas sigue así, no cambian, pues a lo mejor hay que introducir el debate sobre la obligatoriedad, sobre la que yo, repito, no estoy a favor ni en contra.
ODH: ¿Cuál debe ser la pauta de vacunación en una consulta dental?
AGR: Pues la misma que afecta a cualquier otro profesional sanitario. El odontólogo es un profesional más y espero que, por ejemplo, se esté vacunando contra la hepatitis B. No se me pasa por la cabeza que no lo esté haciendo. Aunque bien es cierto que, al ser un ejercicio mayoritariamente privado, no tenemos datos de cobertura.
ODH: ¿Qué se plantea hacer la AEV para concienciar al odontólogo sobre la necesidad de las vacunas?
AGR: Pues quizá deberíamos acudir a los colegios y consejos de odontólogos y hacerles llegar nuestro mensaje. Y que perciban tanto riesgo por la gripe como por la hepatitis B. Y se vacunen de las dos. ●