Fundador y CEO de la empresa fabricante de los implantes TICARE, nos recibe en los días previos a su Congreso TICARE EVIDENCE.
Fernando es un hombre cercano que trasmite la seriedad y el amor por el trabajo bien hecho que le caracterizan, con esfuerzo, inteligencia y dedicación ha levantado una empresa desde cero, llegando a lo más alto y con una humildad loable, siempre se acuerda de agradecer y nombrar a todos los que le han apoyado en su camino, con los que comparte y agradece el éxito de su empresa.
La empresa Mozo Grau, fabricante de Ticare, es reconocida como líder en formación, investigación, transparencia, compromiso social y servicio a sus clientes.
¿En qué año celebraron su primer congreso como tal? ¿Hasta dónde llega el esfuerzo de su empresa por la formación?
El primer congreso lo celebramos en Valladolid en 1997, octubre más concretamente. fue un domingo y asistieron 60 personas; se denominó como: 1ª Jornadas de Actualización en Implantología. Ahora celebraremos este mes de febrero la décimo segunda edición del Congreso Ticare Evidence.
El esfuerzo que hacemos es grande, pues hemos organizado, desde esa primera fecha, más de 20 grandes eventos (entre jornadas y congresos, contando el de este año), además de multitud de cursos generales y monotemáticos. Si cuantificamos estamos hablando de más de 40.000 asistentes a estos eventos organizados exclusivamente por nosotros, desde aquella Jornada de Actualización de 1997.
¿Qué objetivos esperan alcanzar en este congreso?
El primer objetivo es poder saludar a nuestros clientes y amigos.
El segundo es inculcar la importancia de la salud periimplantaria -aquí nuestra tecnología gapZero juega un papel crucial- y la planificación de los casos desde todos los puntos de vista: restauración, tejidos blandos y pacientes.
El tercer objetivo: transmitir rigor, seriedad y evidencia científica, y clínica.
¿Cuál es la carta de presentación de su empresa?
Somos una empresa responsable, cercana, enfocada al cliente y, obstinada en la calidad y en el rigor. Consciente, además, de ser una empresa de alta tecnología que proporciona artículos de alto valor -miniaturas de alta resistencia- y con una fuerte implicación en la salud de los pacientes.
Nos movemos constantemente por el cuidado: el cuidado de los tejidos, gracias a la tecnología gapZero y el cuidado de los clientes, a través de nuestro destacado servicio postventa. Todo con un objetivo final que es la salud periimplantaria de los pacientes, con la que Ticare mantiene un firme compromiso.
La investigación en Mozo Grau está avalada por instituciones externas, sin duda un aval fiable por su independencia y nivel. ¿Quiénes están colaborando en el estudio y desarrollo de los implantes TICARE?
Efectivamente, siempre hemos creído en la investigación independiente como soporte para crecer. Podríamos haber apostado por investigación propia, pero, creo, que los resultados podrían ser interesados y poco fiables. De ahí que las más de 100 publicaciones que avalan nuestros productos tienen más peso al haber sido realizadas por equipos de investigación totalmente independientes y de reconocido prestigio internacional.
Las instituciones en las que nos hemos apoyado, y nos apoyamos, son multidisciplinares: desde el perfil de materiales y superficies, como es el caso de la Universidad de Minnesota; perfiles muy periodontales, como son la Universidad Complutense, de Murcia y de Santiago de Compostela; o especializados en rehabilitación, como la Universidad de Sevilla o de Talca en Chile; pasando por centros de investigación básica, como institutos de biología molecular y física aplicada; hasta hospitales especializados en oncología, como el servicio de cirugía maxilofacial del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
No quiero seguir extendiéndome en enumerar más centros de investigación, que los hay, y que han aportado mucho al desarrollo de Ticare, o investigadores de primer nivel internacional como el Dr. Marco Esposito o el Dr. Alberto Monje.
¿Qué es lo primero que valoran en su relación con los clientes?
El servicio postventa. Intentamos anticiparnos a sus necesidades. Para ello conocemos las técnicas quirúrgicas que aplica nuestro cliente y formamos a todo su equipo en nuestro producto.
La expansión internacional de Mozo Grau, llevando los implantes TICARE a los cinco continentes es una realidad. ¿Cómo se vive dentro de la empresa, había necesidad de salir?
Con mucha ilusión y como un gran reto. Saber que nuestros implantes se colocan en diversos países y que, por ejemplo, numerosos ciudadanos chinos son usuarios de Ticare, hace que todos los trabajadores se sientan muy orgullosos. Tengamos en cuenta que somos la única empresa española de implantes dentales certificada en China, un certificado de calidad que se considera como uno de los más exigente del mundo.
España es, sin lugar a duda, una potencia internacional en implantología, en conocimiento y en fabricación. Fabricar alta tecnología en España y exportar la marca España es un orgullo enorme para nosotros.
¿Qué actuación nos puede destacar del último año? ¿Y a futuro en este 2024, cuál es su objetivo destacable?
La actuación más importante de este último año es, sin lugar a duda, la constatación del importante papel que juega la tecnología gapZero en la salud periimplantaria.
Es un logro exclusivamente de Ticare y nos deberíamos sentir muy orgullosos de que una empresa española lleve como bandera este gran hito. Lo tenemos acreditado científicamente y se están evidenciando los beneficios clínicos con avales de primera magnitud.
El objetivo para este 2024 es difundir al máximo los beneficios clínicos a medio/largo plazo del gapZero. Estamos ampliando nuestra red comercial para llegar de forma más eficiente a todas las clínicas y asesorar en profundidad a sus profesionales.
Dirige una de las empresas españolas del sector más premiada. ¿Cuáles de estas distinciones nos puede destacar?
A título personal, uno de los más importantes para mí fue el reconocimiento que me dieron los trabajadores de la empresa en el 25º aniversario de la empresa, fue muy gratificante.
Como director de un gran equipo, todos los premios los recuerdo con mucho cariño y gratitud, incluso algunos a los que hemos renunciado. Si tengo que destacar alguno, quizás, sería el ultimo concedido por la Universidad de Valladolid: el Premio Especial otorgado en el XXXVII Certamen Empresario del Año.
Cuando recibimos estas menciones ese “segundo de gloria” es un reconocimiento enorme a todo el equipo que forma la empresa, y todos los trabajadores sentimos ese “segundo de gloria” como un fuerte estímulo para seguir adelante con los mismos niveles de autoexigencia… o un poco más aún, si cabe.
Desde su visión en la industria, ¿cómo ve el futuro de la odontología española?
Tengo una visión muy positiva. Los odontólogos jóvenes, quizás, por la enorme competencia que hay entre ellos, poseen una formación muy buena.
Pocos son los que no cuentan con un postgrado o máster; en muchos casos ambas titulaciones. Con frecuencia, estos títulos vienen emitidos por universidades extranjeras muy reconocidas y, además, muchos de ellos posteriormente se doctoran. Sin lugar a duda, esta formación revierte en el éxito de los tratamientos y, por lo tanto, en los pacientes.
Veo, con mucho optimismo, que el rigor ha venido para quedarse, y los criterios de selección de las técnicas quirúrgicas, así como los productos que se usan en ellas, se están basando cada vez más en la evidencia científica. ¡Esto es una excelente noticia!
Aún queda camino por recorrer, pero se está avanzando, y lo más importante es que estamos en la buena senda.