Enrique Jadad aborda un tema que requiere no solo que el odontólogo eduque a sus pacientes sobre los hábitos higiénicos que debe seguir para mantener una buena salud oral, sino que le dé la importancia que se merecen en sus consultas.
¡Más vale prevenir que curar! Esta la expresión favorita de miles de seres llamados precavidos. Este refrán nos quiere decir que es mucho mejor evitar que algo malo suceda antes que tener que solucionarlo una vez que ha pasado. Es decir, es preferible tomar las medidas necesarias que no tener que arreglar después.
En Odontología, es indispensable evitar la aparición y desarrollo de cualquier patología oral, especialmente si tenemos en cuenta que las técnicas preventivas son muy fáciles de implementar y están a disposición de todos los actores involucrados en temas de salud oral y profesiones afines.
Hoy día contamos con innumerables y sofisticados tratamientos para rehabilitar, curar, reemplazar y corregir las alteraciones que se presenten en las estructuras dentales y los órganos asociados a la cavidad oral. La gran mayoría son procedimientos cuya finalidad es garantizar la salud oral de las personas que nos buscan para que les brindemos soluciones a sus problemas.
Cuando hablamos de prevenir nos estamos refiriendo a factores o decisiones que tienen la finalidad de evitar que aparezca cualquier tipo de enfermedad en la cavidad oral. Debemos realizar todos los esfuerzos posibles para que nuestros pacientes pongan en práctica los hábitos de una adecuada higiene oral, ya que es la alternativa más eficaz para prevenir la presencia o proliferación de enfermedades en la cavidad oral y estructuras adyacentes.
Muchas personas piensan que esta rutina está relacionada solamente con el hábito de cepillarse los dientes después de cada comida, pero a esto debemos añadirle el uso del hilo dental, un elemento que para la gran mayoría de pacientes no tiene la importancia que merece. Se le debe inculcar a los pacientes que el hilo dental presta un gran servicio, ya que ayuda a retirar los restos de alimentos que se quedan atrapados en los espacios de difícil acceso y que no alcanzamos con el cepillo.
El tercer elemento indispensable para prevenir patologías en los dientes y encías son los enjuagues bucales, que completan la tríada básica indispensable para tener una rutina de higiene dental adecuada.
De otro lado, es importante el tema de la alimentación para prevenir enfermedades orales. Es recomendable explicar a nuestros pacientes que deben evitar aquellos alimentos que contengan azúcares, debido a que son los principales causantes de enfermedades dentales como la caries. Si consumimos alimentos azucarados, es recomendable cepillarse los dientes inmediatamente después de consumirlos para evitar que las bacterias y los ácidos que liberan causen daños en el esmalte dental y otras estructuras dentales y periodontales.
Al educar a los pacientes, se les debe concientizar para que tengan presente que la conducta que más les ayudará a prevenir las enfermedades orales es el visitar regularmente a su odontólogo, especialmente aquellos pacientes que tienen alta predisposición a desarrollar caries y enfermedades periodontales.
“La prevención en el campo de la salud
implica una concepción científica de trabajo,
no es sólo un modo de hacer, es un modo de pensar”
A su vez, el odontólogo le debe dar un valor real a la fase higiénica o limpieza dental con la que se elimina la placa bacteriana y cálculos que se adhieren al esmalte y cemento radicular. Implementando este simple e indoloro tratamiento evitaremos la presencia de las principales enfermedades dentales.
Otra alternativa preventiva recomendable es el sellado de fosas y fisuras, terapia que lleva muchos años demostrando su eficacia en aquellos pacientes con tendencia a desarrollar caries, tanto en niños como en adultos.
Definitivamente, es mejor prevenir que curar, de esta forma evitaremos malestar y dolor. El tratamiento de una lesión de caries necesita el uso de anestesia, un tratamiento más complejo que una actividad de prevención, y el consumo de tiempo en el caso de tratarse de una urgencia. Además, por más bien restaurado que esté el diente, nunca será igual que mantenerlo intacto y sano.
“Un sistema de salud será más eficaz en la
medida que prevenga más y cure menos”
Un sistema de salud será más eficaz en la medida que prevenga más y que cure menos. No es lo mismo tener una sociedad con avances cualitativos y cuantitativos en lo que a indicadores de salud se refiere, lo cual implica un bienestar de sus miembros y un mayor desarrollo socioeconómico. La prevención en el campo de la salud implica una concepción científica de trabajo, no es sólo un modo de hacer, es un modo de pensar. Es también un modo de organizar y de actuar, un organizador imprescindible en la concepción de un sistema de salud.
Todos sabemos que es mejor prevenir que curar. La prevención es una piedra angular en Medicina y Odontología. Una sociedad capaz de abordar el peldaño preventivo en toda su plenitud —a nivel médico, social, medioambiental y laboral—, supondría una madurez en la que se verían mayormente satisfechas las necesidades generales de la población.
*Este artículo fue publicado en Dental-Tribune Latinoamérica y se reproduce con permiso de la publicación