ISABEL MAURA, presidenta de la XL Reunión Anual de la Sociedad Española de Odontopediatría

«Estamos viviendo el mejor momento de la odontopediatría”

La reunión anual de la Sociedad Española de Odontopediatría ha supuesto un formidable reto personal y profesional para Isabel Maura (Palma de Mallorca, 1959), que ha empleado cuatro largos años en interiorizar, preparar y finalmente ejecutar una misión que considera muy seria y de alta responsabilidad. Tocada en su corazón, y seguramente en su amor propio, por los compañeros que le propusieron llevar el Congreso a Palma, Maura sabía que la ciudad es infalible en cuanto a atractivo, pero había que ofrecer mucho más para que la cita presentara una expectativa notable. El rumbo de los acontecimientos parecía indicar que su año iba a ser 2017, pero prefería 2018, porque el año pasado tuvo que liderar la renovación de medios físicos y humanos del área hospitalaria en la que trabaja y de la que dependen 60 personas. Un reto demasiado importante como para mezclarlo con otro.

Forma parte de la última generación de estomatólogos de España y, naturalmente, se sigue considerando médica. Estudió en la Universidad Autónoma de Barcelona y comenzó ligada al mundo editorial, incluso firmó un pequeño libro sobre patología bucal. Se fijó entonces en la ortodoncia y después le conquistó la odontopediatría, justo al revés de lo que sucede en la mayoría de vocaciones, que empiezan por la segunda para terminar con la primera. Y es que el ver a un niño aterrado acudir a la consulta dental, para después despedirle feliz, con una sonrisa en los labios, es el mejor argumento que permite marcar el norte de una misión. E Isabel Maura la tiene, desde siempre, muy clara.

REDACCIÓN


ODH: Su actividad profesional la realiza en la Fundación Hospital de Nens, de Barcelona. Cuéntenos cómo es esta organización.

Isabel Maura

IM: Esta organización nace, como Hospital de niños pobres de Barcelona alrededor del año 1890,

 fruto del esfuerzo de la compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, y con la finalidad de solucionar los problemas de nutrición de los lactantes. Debido a la gran desnutrición y mortalidad infantil que existía en ese momento, se crearon las llamadas “gotas de leche”, instituciones benéficas donde se ofrecía leche a niños pobres que no podían ser amamantados por sus madres. Fue el primer centro de estas características que se abría en Cataluña y el segundo en toda España.

La Fundación Hospital de Nens de Barcelona se constituye a partir de los años 80, en un Hospital de carácter benéfico social sin ánimo de lucro. El centro colabora, de forma concertada, con la mayor parte de seguros sanitarios privados e invierte todos sus beneficios en Obra Social. Es uno de los centros pioneros en asistencia, docencia e investigación pediátrica, y cuenta en la actualidad con la práctica totalidad de las especialidades médicas y quirúrgicas, urgencias 24 horas y uno de los mejores Servicios de Odontología Infantil de toda Europa.

Fundació Hospital de Nens de Barcelona comparte espacio, tiempo y recursos, tanto a lo que corre

sponde puramente a la actividad propia de un Hospital como a la Obra Social, a la que dedica los beneficios de su actividad. Su actuación se centra en aquellas áreas que no están cubiertas por la sanidad pública, destinando una gran parte de sus recursos a la atención de los problemas dentales de los niños sin recursos, tanto los que provienen de sus propios centros de acogida, como aquellos que son derivados a través de otras entidades de carácter social públicas y privadas. Todos estos tratamientos se realizan en nuestro Área Dental.

Isabel Maura equipo

ODH: Es usted presidenta del comité organizador del Congreso de la Sociedad Española de Odontopediatría, que se celebra este año en Palma de Mallorca, ¿qué novedades ofrece esta reunión?

IM: Introducir novedades es uno de los principales objetivos que nos planteamos a la hora de organizar este congreso. Queremos facilitar y estimular una participación más activa, enfocada en tres aspectos. Por un lado, en la dinámica de trabajo entre los profesionales, estimulando una mayor interrelación entre los ponentes y los asistentes al Congreso. En este sentido, hemos incorporado conferencias y casos clínicos interactivos y además, vamos a disponer de un espacio networking para facilitar un mayor y más directo intercambio de experiencias entre ponentes y congresistas, así como entre los mismos congresistas. Por otro lado, nos gustaría consolidar nuestra relación con otras especialidades, como es el caso de los pediatras, en beneficio de una mayor colaboración entre ambos para conseguir una mejor salud oral infantil. Y por último, aprovechar la ocasión para despertar una mayor concienciación de los problemas de salud oral entre los ciudadanos, con una Jornada de Puertas abiertas para los niños de las Isla.

«Nos gustaría consolidar nuestra relación con otras especialidades en beneficio de una mejor salud oral infantil»

También queremos estimular entre los asistentes al congreso una faceta más social de nuestra profesión, incorporando por primera vez una mesa de proyectos solidarios que ha sido muy bien acogida.

ODH: Su trabajo se desarrolla fuera del ámbito de los de su generación, que optó generalmente por su propia consulta. ¿Qué ventajas de ve a esta forma de trabajo?

IM: Para mí tiene una doble ventaja, por un lado, a nivel profesional, permite desarrollar tu trabajo con una mayor especialización, formando parte de un equipo multidisciplinar, a la vez que facilita la intercomunicación con otras especialidades médicas. Puedes ofrecer al mismo tiempo, una mayor y más rápida atención al paciente en un aspecto global de toda su patología, a la vez que se potencia el trabajo en equipos multidisciplinares, con protocolos de actuación terapéutica. Otra ventaja es una mayor facilidad para realizar trabajos científicos y la posibilidad de mantener una relación con las universidades desde un contexto extrauniversitario. Por último, otro aspecto importante, es el que permite poder dar tratamiento a pacientes con necesidades especiales que, en ocasiones, requieren de un área quirúrgica para ser tratados e, incluso, de la intervención de varios especialistas de diferentes disciplinas.

La segunda ventaja es a nivel personal y familiar: no tienes que preocuparte de nada más que de tu trabajo.

ODH: ¿Qué valoración hace del presente de la odontopediatría?

IM: Bajo mi punto de vista, me atrevería decir que es muy bueno, estamos viviendo el mejor momento de nuestra historia. Existen varias universidades que imparten cursos de formación de postgrado, y además se observa una demanda y interés creciente entre los recién graduados para cursar estos estudios y trabajar en esta especialidad.

Al mismo tiempo, después de mucho esfuerzo y trabajo, hemos conseguido también un merecido reconocimiento profesional, tanto en el entorno de los profesionales de la odontología como entre el público en general.

Este año contamos hasta el momento con más de 400 inscritos al Congreso, cifra que hace unos años era impensable conseguir, y seguro que seguiremos creciendo.

ODH: ¿Qué cualidades debe reunir el odontólogo que se dedica a la atención de niños?

IM: Buena pregunta. Para mí hay dos cualidades muy importantes que debe reunir un odontopediatra: una extraordinaria empatía y gran habilidad manual.

Debe poseer una empatía muy especial para conectar con los niños, que tú no sabes por qué se produce, pero que ellos sí la perciben, acompañada de unas grandes dosis de paciencia y mucho sentido del humor. Pero esta cualidad, la mayoría de veces innata, debe acompañarse de una extraordinaria habilidad manual, que por supuesto se puede adquirir, para realizar el trabajo de forma rápida, resolutiva y, especialmente indolora. De forma que el resultado sea una grata experiencia para que el niño no tenga miedo a repetir.

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«La odontopediatría debería ocupar la misma posición como especialidad que en el resto de países de la Unión Europea»

ODH: En el permanente debate sobre las especialidades, ¿qué posición debería ocupar la odontopediatría?

IM: En mi opinión, la misma que ocupa como especialidad en el resto de los países de la Unión Europea, sin ninguna duda. Ya que somos miembros de pleno derecho de la UE, debemos tener el mismo reconocimiento que tiene nuestra especialidad en el resto de países de la Unión, no entiendo que este tema pueda cuestionarse. Al igual que hicimos los cambios pertinentes en su momento para equiparar las titulaciones de Grado en Odontología, debemos ir adecuando nuestra formación para adquirir las competencias y requisitos necesarios para obtener el título de especialista de la misma manera que se hace en el resto de Europa.

ODH: Usted tiene una dedicación preferente a pacientes especiales en este momento, y hace poco dábamos la noticia de la creación de tres cátedras en la universidad pública española en este área, en que solo existía una hasta ahora. ¿Cree que es una actividad suficientemente valorada y conocida en la profesión?

IM: Afortunadamente, se están empezando a dar pasos en este sentido, el reconocimiento como disciplina desde la universidad ya es uno muy importante. ciertamente es una especialidad muy poco valorada y reconocida, y sin embargo, de un gran valor profesional y humano.

Se trata de una especialización que engloba un colectivo de pacientes muy amplio y complejo, que reúne patologías muy diversas, tanto en el contexto de la patología general como en el contexto de las discapacidades psíquicas, mostrando una gran variabilidad entre ellas y también grandes diferencias en cuanto al grado de afectación, lo que requiere por parte del profesional un tratamiento y un abordaje especial.

Se podría decir que en la actualidad, y dadas las mejoras en la expectativa de vida, el colectivo de profesionales que se dedican a esta especialidad es pequeño para responder a la demanda y necesidades de los pacientes que requieren y precisan un tratamiento. Afortunadamente, por un lado, gracias al esfuerzo de algunos profesionales que han contribuido a la formación de postgrado en esta disciplina, así como de la gran labor que viene desarrollando la SEOEME en la difusión y conocimiento de los problemas de este colectivo, se ha conseguido algún avance.

ODH: ¿Y la salud oral infantil? ¿Es todo lo buena que debería ser, o todavía hay muchas cosas por mejorar?

IM: En general, podríamos decir que ha mejorado bastante en los últimos 40 años, desde que inició su andadura la SEOP. Hemos conseguido una mayor concienciación e implicación en la salud oral infantil en las familias, en las escuelas, e incluso en la sanidad pública en cuanto a la prevención se refiere, pero no hemos llegado en ninguno de estos casos a los resultados que nos gustaría tener.

Actualmente, podríamos decir que en general se ha producido un descenso de la caries en la población infantil, pero en contrapartida ha aumentado la patología de una forma más severa en los colectivos mas vulnerables. Por un lado, debido al aumento de la pobreza infantil después de la crisis económica que, según los últimos estudios, se sitúa alrededor del 25% en nuestro entorno. Por otra parte, por la aparición de caries en edades más tempranas, antes de los 4 años de edad. En consecuencia, aún nos queda mucho por mejorar.

ODH: ¿Es la caries el peor enemigo de la boca del niño? ¿Cómo es posible combatirla?

IM: En lo que a mi entorno próximo se refiere, es muy buena, pero yo trabajo en un medio hospitalario y hace mucho tiempo que colaboramos conjuntamente con los pediatras, y la respuesta por parte de este colectivo siempre ha sido muy buena. Pero, indudablemente, no ocurre igual fuera de mi ámbito de trabajo, es muy difícil que esta colaboración se produzca si no media una iniciativa por parte de ambos colectivos promovida indudablemente desde ambas sociedades, como ha ocurrido en otras especialidades odontológicas, como por ejemplo en el caso de la SEPA con la Sociedad de Cardiología y la de Diabetes. Este era otro de los objetivos que hemos querido incentivar en nuestro Congreso, aunque la relación entre ambas Sociedades ya existe y se está trabajando conjuntamente en muchos aspectos.

Pero, en mi opinión, creo que debemos poner aún más énfasis, nuestra lucha debe ir encaminada a conseguir una buena salud general en los niños, y ello lleva implícito una buena salud oral, y todo ello, pasa por crear alianzas más fuertes con otros colectivos también relacionados con la salud infantil, como es el de los pediatras, y este trabajo debe partir de un consenso muy fuerte entre ambas Sociedades.

ODH: ¿Cuáles son los puntos fuertes de la SEOP? ¿Algo que mejorar?

IM: La SEOP es una sociedad pequeña dentro del ámbito de la Odontología, pero ha trabajado mucho para ganarse un puesto relevante entre la comunidad científica. Fomenta una actividad científica intensa y cada vez de mayor calidad entre los estudiantes de postgrado, promueve campañas de divulgación a todos los niveles que abordan aspectos de relevante interés para la salud infantil y tiene una importante labor en la formación continuada entre los profesionales, promoviendo y organizando cursos.

En mi opinión, en cuanto a la segunda cuestión, creo que debería dar más voz y participación en las decisiones de la junta directiva al colectivo de odontopediatras jóvenes. En esta sociedad hay una amplia mayoría de profesionales jóvenes con muchas ganas de trabajar para el colectivo, con una visión y una realidad laboral muy distinta a la nuestra y que puede aportar mucho en el futuro a nuestra especialidad.

ODH: ¿Qué le pide a la administración pública para la salud bucodental? ¿Y a las universidades?

IM: Creo que la administración debería poner un mayor énfasis en materia educativa, promoviendo campañas de salud y prevención en la infancia, bajo las directrices y asesoramiento de profesionales con amplia experiencia en este campo. También le pediría que hiciera un esfuerzo para destinar más recursos para cubrir las necesidades del tratamiento odontológico de colectivos como el de los pacientes infantiles con necesidades especiales.

A las universidades les pediría un mayor consenso y rigor en cuanto a las competencias necesarias para obtener los títulos de Postgrado y Máster en nuestra especialidad, siguiendo las mismas directrices de formación que se están aplicando en las Universidades Europeas para obtener estas competencias.

ODH: Ha desarrollado trabajos en colaboración con la Fundación Vicente Ferrer en la India y la Fundación Odontología Social Luis Seiquer en Melilla. ¿Cómo percibe la implicación de los odontólogos españoles en actividades sociales?

IM: En mi opinión es buena, sobre todo entre los jóvenes, el problema es que no siempre conlleva un nivel de implicación a largo plazo. De entrada, y puntualmente, hay pocos profesionales que rechacen cualquier tipo de colaboración altruista en algún proyecto solidario. El problema es durante cuánto tiempo están dispuestos a mantener esa colaboración.

Actualmente, entre muchos jóvenes se vive como una experiencia más que forma parte de un aprendizaje o una aventura, pero no se trata de eso. Un proyecto solidario, para que realmente sea beneficioso, debe tener una consolidación y duración en el tiempo, hay que ir para aportar algo que luego perdure, en el lugar que implementas tu actividad, de lo contrario no sirve para nada. Tampoco es necesario salir de tu entorno para realizar una labor social, en todas las ciudades hay proyectos de odontología solidaria promovidos por colectivos, por entidades sin ánimo de lucro, colegios odontológicos y ONG donde es posible colaborar. Puedes encontrar, sin necesidad de moverte de tu entorno, el proyecto que se ajuste a tu medida.

En algunos de los estudios de postgrado que se imparten actualmente se incluye este tipo de colaboración como una parte más de sus competencias curriculares, y creo que es un buen camino para que en un futuro los profesionales dediquen un poco de su tiempo a realizar este tipo de labor social.

ODH: Y, por último, díganos una recomendación para los jóvenes que se incorporan a la profesión.

IM: Me encantan los jóvenes y me siento muy cercana a ellos y a sus inquietudes, pero en el futuro les esperan grandes retos en esta nuestra profesión. La incesante y constante innovación tecnológica que se incorpora a nuestra actividad, junto a los innumerables avances en genética humana y en la investigación biomédica que están por llegar, harán que estos jóvenes estén en una permanente y constante puesta al día. Al mismo tiempo que deberán defender la excelencia en su trabajo en unas condiciones laborales dignas y a la altura de su profesión.

Es evidente, que cada día en nuestro medio, hay más jóvenes profesionales de esta especialidad, pero realmente, ¿está revirtiendo eso en un mayor grado de salud oral entre nuestra población infantil, o quizás deberán reflexionar un poco acerca de cuáles deben ser sus objetivos como odontopediatras? ¿qué es más importante, tratar o prevenir?, en cualquier caso deberemos combinar ambos si queremos obtener mejores resultados de salud oral infantil en un futuro.

«A nuestros jóvenes les esperan grandes y difíciles retos, deberán salir de su espacio de comodidad y luchar para conseguir sus objetivos»

A nuestros jóvenes, que tiene una magnifica formación les esperan grandes y difíciles retos, deberán salir de su espacio de comodidad y luchar mucho para conseguir sus objetivos. El futuro empieza hoy, tienen que empezar a trabajar ahora para conseguir que el futuro sea como ellos esperan que sea. ●

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