Consejos breves para un eficaz marketing dental

Daniel Izquierdo

Menos es más

Un sinfín de canales de televisión, el teléfono móvil en constante uso, pantallas publicitarias omnipresentes así como el Internet con sus páginas web, anuncios online y correos electrónicos, no cabe duda que nos enfrentamos a diario a un “tsunami mediático”. Como consecuencia de esta saturación mediática la atención por parte de las personas disminuye constantemente. Son solo unos pocos instantes, por ejemplo, el lector de un periódico mira un anuncio antes de pasar página. En estos pocos segundos, no más de dos o tres, la publicidad tiene que a) resaltar y atraer la atención, b) conseguir que se le dedique algo más de tiempo y c) transmitir el mensaje de forma inmediata.

A menudo, los profesionales de la publicidad usan el término Kiss como abreviatura de la frase inglesa keep it simple and stupid. Puede que lo de “simple y estúpido” suene algo cínico, pero es un hecho que un mensaje publicitario funciona mejor cuando es conciso y preciso. En este sentido, no cabe duda que el folleto adjunto ha sido realizado por un dentista en vez de por un profesional de la publicidad. Teniendo en cuenta el fugaz instante que el posible paciente dedica a una publicidad como la cuestionada, menos texto hubiese sido mejor. ¿Qué sentido tiene nombrar los diferentes tipos de tratamientos si luego se escribe “…y todo lo que necesite su boca” así como “… y mucho más”?

Mi consejo para sus futuras ideas de publicidad es simple: Reduzca los textos y mensajes al mínimo y haga la prueba de los cuatro segundos. Esta es muy simple, y consiste en enseñar el anuncio que está ideando durante cuatro segundos a una persona de su entorno. ¡Todo lo que no ha podido memorizar sobra! ●

Sopa de letras

Gracias a los programas gráficos instalados en nuestros ordenadores muchos dentistas- titulares se ponen a diseñar ellos mismos los folletos o los anuncios de su clínica dental. Actuando así los dentistas se olvidan que son profesionalesmarketing dental de la odontología y no de la publicidad, y que ésta también se tiene que estudiar, como se hace con la salud bucodental. En consecuencia, los resultados de estos intentos de auto-promoción carecen a menudo de calidad gráfica, transmitiendo una imagen poco favorable de la clínica que, además, no suele reflejar la calidad del tratamiento odontológico que se ofrece. Una de las reglas más básicas –totalmente ignoradas en este folleto publicitario– consiste en no usar más de una, si acaso dos tipos de letras en un mismo documento. ¿Por qué? Porque una sopa de letras es percibida como poco estructurado, inquieta y nada profesional. Le falta, por decirlo de una forma, la línea visual roja. En este sentido recomiendo recurrir a un diseñador gráfico, lo cual es una muy buena inversión en las perspectivas de futuro de la clínica. ●

 

 

¡Abajo con los diplomas, arriba con las emociones!

Entiendo que los odontólogos estén orgullosos de su profesión y, no cabe duda, tienen toda la razón para serlo. Exponer sus títulos y diplomas de forma bien visible es una costumbre muy extendida entre los propietarios de una clínica dental. En más de una ocasión me he encontrado toda una pared llena de credenciales enmarcadas, casi siempre en la sala de espera.

¡Pues bien, creo que ya va siendo hora de retirarlos! ¿Por qué? A continuación tres razones para ello: Uno: Más de una vez me he puesto a leer los títulos enmarcados y, en parte, hay documentos poco serios. Al fin y al cabo no es lo mismo el diploma oficial de la carrera de odontología, como la confirmación de asistencia en un cursillo de cuatro horas.

Dos: La gran mayoría de los pacientes no se deja impresionar por este tipo de diplomas, porque se sobreentiende que el dentista es un profesional.

Tres: ¡Los títulos enmarcados no transmiten para nada sensaciones! Teniendo en cuenta la importancia que tienen las emociones del paciente durante su estancia en el gabinete odontológico aprovecharía al máximo las posibilidades de crear sensaciones agradables, por insignificantes que puedan parecer. Unos retratos de pacientes felices, unas fotos del equipo dental estando de buen humor o dibujos que los más pequeños han regalado a su dentista son mucho más atractivos y reconfortantes que una pared llena de titulitis. ●